Camila, en escena (Foto: Alfonso Quiñones)

SD. Cuando en un concierto más del 40% de las canciones son coreadas por el público con delirio, es un éxito rotundo. Cuando ese por ciento alcanza casi el 60 % puede decirse que es un exitazo.

Todo comenzó con la contraparte Kiara Franco, una voz maravillosa y bien afinada, que interpretó dos o tres temas acompañada de pista, y que salió auxiliada de los muchachos de la tarima debido a que se le dobló un pie (cuestión que el público notó cuando la vieron salir apoyada en otra persona).

Después hubo un set de videos clip de Sin Bandera y Camila. Solo después subieron los músicos de Sin Bandera, precedidos por la algarabía del público que colmó el Palacio de los Deportes, en una producción de Cesar Suárez Jr.

El primer tema fue Para alcanzarte, donde en determinado momento Leonel toca las congas. «Buenas noches», gritan y el público responde. Leonel canta De viaje mientras Noel toca el piano, un piano vertical de rockero, mirado enfrente por el piano semicola de Camila.

Leonel y Noel, en escena, Sin Bandera (Foto: Notaclave.com)

Te vi venir arranca sus acordes con órgano de boca, y Leonel a la guitarra. La canta el público, las gradas irredentas. A mitad de canción Noel se quita la chaqueta de jeans. Y se queda en un elegantísimo tshirt rojo que parece sacado del basurero de Duquesa. Por ahí cantan al unísono el final y Leonel desafina con entusiasmo.

Noel con su t-shirt rojo (Foto: Notaclave.com)

Kilómetros es cantada a coro por todo el público así como lo fue Para alcanzarte.

La Banda la componen además de los dos lideres, guitarra prima, bajo, batería, saxo, teclado y viola eléctrica. Se van a negro y dicen «Cada vez que llegamos a esta belleza de país se pone mejor. Muchas gracias! Cómo andan, che?» Pregunta Noel, quien siempre estuvo dándolo todo musicalmente con absoluta seguridad y mas nivel.

Justo Noel, es quien comienza a cantar En esta no y le secunda rápido Leonel, que falla en este y en varios momentos del concierto en que hay una secuencia de notas, a muchas de las cuales les ofrece el suave sabor del devaneo. “Tal vez en otra vida pueda beber de tu boca esas ansias, en esta vida no…”, dice más o menos la canción.

En Que lloro. «Quédate un momento así, no más», canta el duo y la gente como un gran coro estonio corresponde con el resto de la canción.

«¿Cómo estamos amigos?», pregunta Noel y el público responde que bien. Piano al aire. «Ves que aún te puedo tocar con un dedo de amor» (canción «Sirena»). Una más lenta, que ayuda a bajar algo la temperatura.

Ves es un tema más movido y la gente lo recibe de pie. Noel baja al público.

Hay complicidad entre los músicos. Mucha complicidad y enseguida Leonel pide un aplauso y presenta la Banda, hay entre ellos un cubano, el saxofonista, los demás son mexicanos.

«Suelta mi mano ya por favor, comprende que me tengo que ir», entona la Media Naranja, como le llaman al Palacio. Es el preámbulo de la salida de escena de Sin Bandera. El órgano de boca le da un sabor diferente a esa canción. Coreada la que más.

Luego Que me alcance la vida. Final de la primera parte.

Sin preámbulos entra Camila y lo reciben de pie cantando Mientes. Ya la gente no se sienta más ni se calla. Sigue Decidiste dejarme, Bésame (lo que antes hacía Samo ahora lo hace otro corista). Perdón.

“Camila empezó hace 15 años en un cuarto de ensayos en Ciudad de México”, narró el guitarrista Pablo hurtado y dio pie a un popurrí de temas como Restos de abril, Perderte de nuevo, Me da igual y Me bastó. Mario Domm lloró con gipío y la gente se lo compró, porque quedaba bonito ver un hombre llorando en un concierto con canciones de amor. Mario Domm es un llorón consuetudinario, que casi siempre llora en los mismos lugares de las canciones. Y hay que chuparse ese cajuil y aplaudir.

En Camila hay mucho mejor empaste de voces que en Sin Bandera. Tan es así que aún con la salida de Samo, hay un corista que tiene la misma tesitura del cantante también mexicano que hace tiempo salió de la agrupación.

En Yo quiero la gente bailó; Te confieso, -aquí preguntó Mario el público si estaba contento- y narró una anécdota sobre la devaluación que hubo en México, momento en que su papa tomó un préstamo y en la devaluación lo perdió todo y al día siguiente al regresar de la escuela vio cómo la policia embargaba su casa y se llevaban la estufa , el televisor, la nevera y vio que de su cuarto sacaba el tecladito donde él componía canciones. Y se dijo «llévatelo cabrón, que algún día tendré miles de esos. Y no tengo mil, tengo uno pero mil canciones y así ocurren las cosas, por misterio, lo negativo se torna en positivo».

Contó también que un día se despertó de madrugada y escribió en cinco minutos como si Dios se lo hubiese dictado una canción y entonces cantó Aléjate de mi; en ese momento Espiritico me mostró emocionada que JLo se había acabado de comprometer. Al final la gente aplaudió porque él hizo, exactamente como la vez pasada, hace uno o dos años, que fingió que lloraba. Y realmente lloraba y todo, bien metido en el personaje.

Llegó Coleccionista de canciones (ahí si coro absoluto) y el final con Solo para ti.

Luego entró Sin Bandera y juntos hicieron Entra en mi vida, Abrázame, Mientes tan bien y Todo cambió. Un buen concierto, realmente, porque el público se lo gozó. Y punto final.

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