Enrique Molina (Fuente externa)

De Enrique Molina, el actor que acaba de morir allá en La Habana, por culpa del Covid 19, recuerdo su organicidad para hacer aquellos papeles de cubanos de a pie. Su autenticidad para decir los parlamentos más decisivos y su entrega total a la escena, a través de los recursos emocionales.

En los años 80 se decía que lo iban a escoger para hacer el papel de Martí en una película, y él para asumir el rol que debía convertirse en el más culminante de su vida. Por fin no era para Martí. Luego se supo que era para hacer de Lenin. Y él ni corto ni perezoso se sometió a una cirugía plástica para quitarle algo de papada, arreglarle las orejas, la nariz. Ponerse ‘leninista’.

Pero ese solo acto de someterse a una cirugía para lograr el que consideraba sería el papel más importante de su vida, lo hizo grande.

Molina falleció este viernes a los 78 años de edad. Dejé de verlo cuando él andaba por los 55 años.

Fue un actor de teatro, radio, cine y televisión, de formación autodidacta, y con una amplia obra. En Netflix se le puede ver en Cuatro estaciones de La Habana, una miniserie basada en libros de Leonardo Padura.

Su filmografía abarca filmes como El hombre de Maisinicú (1973) del director Manuel Pérez; Polvo rojo (1981) de Jesús Díaz; En tres y dos (1985) de Rolando Díaz; Hello, Hemingway (1990) de Fernando Pérez; Alicia en el pueblo de las Maravillas (1991) de Daniel Díaz Torres; Barrio Cuba (2005) de Humberto Solás; Caravana (2008) de Rogelio París y Julio César Rodríguez; El cuerno de la abundancia (2008) de Juan Carlos Tabío, entre muchas otras. Fue lo que se llama un actor potable, convincente que -cómo se observa- no por gusto fue seleccionado para papeles casi siempre protagónicos por casi todos los más importantes directores de cine de Cuba.

Memorables fueron sus actuaciones en dramatizados para la televisión, como es el caso del personaje de Silvestre Cañiso que hizo en un duelo de actores junto a Alina Rodríguez en la telenovela Tierra Brava, así mismo en Bajo el Mismo Sol, La Otra Esquina y el serial policiaco En Silencio ha tenido que ser, entre otras producciones.

Molina, Caracterizado como Lenin (Fuente externa)

En el teatro se recuerda su rol como Vladimir Ilich Lenin en El Carrillón del Kremlin y en la miniserie Relatos sobre Lenin, sometido en esta ocasión a cirugías para cambiar su físico y lograr con creces introducirse en la piel del personaje.

Molina nació el 31 de octubre de 1943 en la localidad de Bauta, de las afueras de La Habana. Huérfano de madre y con su padre lejos, en Camagüey, Molina tuvo que hacerse de lo que logró, a dentalladas. Luego se trasladó a la oriental Santiago de Cuba donde comenzó en 1963 su carrera como artista aficionado, donde contó con el apoyo de Raúl Pomares y Félix Pérez, hasta consolidarse como uno de los intérpretes más experimentados y populares del país.

Recibió varios premios como el Nacional de Televisión (2020), el Actuar por la Obra de la Vida (2018), el de Mejor Actor extranjero en el Festival del Gallo de Oro y las Cien Flores de China en 2014 y 2016. Así como Título Honorífico en la 1ra edición del Premio Enrique Almirante en 2015.

Desde hace varios días se encontraba interno por el Covid 19.

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