Gatos de bosque en Noruega (Fuente externa)

En los viejos tiempos, se movía entre los indios lapones de Noruega una figura peculiar: «Smørkatten», el gato de la mantequilla.

Este animal, creado por una bruja y a su servicio, era conocido por robarle la leche y la crema agria de los campesinos, y también por hacer que la nata no se volviera mantequilla al batirse. Gracias a él, la leche fresca no faltaba en choza de la hechicera.

Para construir al gato de mantequilla la bruja echaba mano de elementos singulares: por cabeza tenía un ovillo de lana, por espinazo un huso, por estómago el estómago de una cabra, por patas las de un pájaro, y las alas de un águila.

Para traerlo a la vida la bruja murmuraba un sortilegio: «¡Vive, Smørkatt! Te doy la mitad de mi vida y la mitad de mi tiempo y la mitad de mi vaca lechera. Sé fiel a mí, y haz mi voluntad.»

Se cuenta que algunas mujeres, aún sin ser brujas, escucharon alguna vez este sortilegio e hicieron sus propios gatos de mantequilla. Sin embargo, aquel que poseyera uno estaba siempre en peligro mortal, pues el gato compartía suerte con su dueño: cualquier mal que el uno sufriera, lo sufría el otro.

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