Una selfie por favor (Fuente externa)

El caso de los «sinfluencer» dominicanos ha sido el globo más desinflado de la pandemia en República Dominicana, y han hecho quedar mal parados a instituciones gubernamentales, marcas, empresas y agencias de colocación, que pagaron por ellos y ellas millones de pesos al año y cientos de miles de dólares.

El caso más trágico fue el de una Sinfluencer a quien el gobierno le paga un salario en una institución, que ya quisiera ganar uno de los médicos que ha salvado decenas de vidas en el frente de batalla contra el coronavirus y que mientras ella se vanagloriaba de que a ella sí le era posible hacerse la prueba rápida, ese mismo día fallecía una mujer pobre, madre de tres hijos, penando por hacerse la prueba.

Otro caso patético fue el de la joven Sinfluencer que se ufanó de que el Ministerio de Defensa le había enviado unos espejuelos y una máscara especial para ella a modo de regalo. Ese mismo día se enfermaba uno de los médicos que estaba salvando vidas, por no tener mascarillas de calidad ni gafas de seguridad. Después la Sinfluencer tuvo que salir a hacerse el estómago una ropa vieja, entre un mea culpa y un harakiri, pero mientras más hablaba más metía la pata.

El cuarto caso es el de otra Sinfluencer a la cual se le descubrió un sonoro plagio, que ha recibido no solo el rechazo de sus seguidores por la falta de ética, sino también una galleta sin manos de la plagiada que no la va a demandar… pero con la cual tiene que ponerse de acuerdo.

El denominador común es que casi siempre se trata de mujeres jóvenes y bonitas, pero con poca cultura, aunque sí habilidosas. ¡Porque hay que ser hábil para hacer que las marcas te paguen por influir en nada!

Los «Sinfluencers» internacionalmente

Internacionalmente, los Sinfluencer tampoco significan nada

Así lo consigna el muy influyente medio digital Hipertextual, que pone el ejemplo de la actriz española Paula Echavarría quien promovió a través de su cuenta de Instagram un procedimiento de hemoterapia y sueroterapia con vitamina C y ozono para «aumentar las defensas y la capacidad de resistencia a cualquier tipo de infección», el cual fue descartado de plano por los científicos por disparatado y carecer de toda base científica.

Otro de los bulos distribuidos concienzudamente fuera del país y aquí es el que asegura que beber agua caliente o infusiones ayuda a evitar que el virus pase más allá de la garganta. Empezó como una cadena de whatsapp más, pero se hizo aún más fuerte cuando algunas Sinfluencers, españolas como Paula Gonu, quien luego se disculpó por ello, o Marta Carriedo se sumaran a la lista de personas que lo recomendaban. Y tal y como explica Hipertextual «se recomendaba que el agua estuviese a más de 27ºC. Nuestro organismo se encuentra a una temperatura aproximada de entre 36ºC y 37ºC, por lo que bastaría para combatirlo si realmente funcionara, pero no lo hace».

Otra buena para nada es la diseñadora, blogger, actriz y dj Miranda Makarof quien ha asegurado que las vacunas son inútiles y que, si nos enseñaran, solo nosotros, con el poder de nuestra mente, podríamos controlar las células y protegerlas de la entrada de patógenos. Finalizaba su intervención con un polémico “fuck vaccines”, por lo que se lleva la corona mundial de Miss Sinfluencer Universe.

Los influencers de verdad

Hay otros tipos de influencers que sí influyen y que son expertos o expertas (también entre ellas las hay jóvenes y bonitas pero con conocimientos) en tecnologías, fotografías, gastronomía, fitness, o moda. Tal y como demostró en un estudio la agencia Engage Burson-Masteller, que llegó a las siguientes conclusiones:

-Ninguna de las cuentas ganadoras del ranking en sus categorías está “Verificada” lo que significa que no se necesita tener dicho reconocimiento -obligatoriamente- para ser un “Instaengager”.

-Quedó comprobado que el número de “followers” no determina la efectividad de una cuenta, ya que hay cuentas con número inferior que obtienen más efectividad en cada “post”.

-El objetivo debe ser generar contenido de calidad, no aumentar la cantidad de “followers”. Con contenido de calidad los “followers” e interacciones llegarán solos.

-Las marcas deben escoger influenciadores cuyo contenido sea creativo y genere “engagement”, ya que una cuenta que solamente puede presumir su cantidad de seguidores no tiene un valor medible.

De modo que se trata no de no tener influenciadores, sino de saber escoger expertos con credibilidad, capaces de crear compromiso de los seguidores con las marcas y productos.

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