María Remolá en 2008 aproximadamente, en el programa de TV Mundos Paralelos (Foto: Alfonso Quiñones)

La cantante lírica y maestra de varias generaciones María Remolá, ha fallecido en un Hogar de Ancianos Españoles, en Santo Domingo, República Dominicana, país al que vino procedente de Cuba, donde se convirtió en cantante.

María Remolá había nacido en Barcelona. España, el 7 de diciembre de 1930 y arribó a Cuba con 14 años. Falleció este 9 de diciembre del 2021 en Santo Domingo, sin embargo, era reconocida como una destacada cantante lírico cubana, que debutó profesionalmente en 1958, en la compañía de Aguilá-Martelo con el rol titular de la ópera Marina, de Arrieta. En 1961 fue Doña Francisquita, de Vives, dirigida por Antonio Palacios en el teatro Payret y en la versión televisiva.

Interpretó personajes protagónicos en zarzuelas y óperas, así como canciones de la música popular cubana y latinoamericana, y actuó como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba. En 1952 viajó a Cuba a visitar una tía y se radicó en La Habana. En 1956 fue discípula de canto de Francisco Fernández Dominicis, y recibió clases de perfeccionamiento con la cantante búlgara Liliana Yablenska.

Con el Teatro Lírico Nacional de Cuba asumió roles en óperas como Rigoletto, Don Pasquale, El Barbero de Sevilla, La Traviatta o Lucía de Lammermoor, y en zarzuelas y operetas como Luisa Fernanda, Los gavilanes, María la O, Bohemios, La viuda alegre, La princesa de las czardas y
El conde de Luxemburgo.

Durante dos años fue la figura principal, junto a Armando Pico, en el gran espectáculo del mundialmente famoso cabaret Tropicana en La Habana.

Realizó giras artísticas por la extinta Unión Soviética, Bulgaria, Mongolia, Viet Nam, Corea y México, Francia, Estados Unidos y España.

María Remolá fue una soprano de coloratura (Foto: Alfonso Quiñones)

Los críticos musicales Nicholas E. Limansky y Joahn Carroll hicieron una enjundiosa valoración de la técnica de María Remolá dejando este testimonio: «Poco se sabe acerca de la soprano cubana María Remolá. De acuerdo con las notas (notablemente poco confiables) de uno de sus discos, Remolá estudió en Europa y ha cantado en París, en su nativa Cuba, en Washington, Rusia y España. Aunque las audiencias norteamericanas no están familiarizadas con ella, Remolá fue, obviamente, bastante famosa en su Cuba nativa, puesto que se la menciona en Fresa y Chocolate, una película cubana de los 80, interpretada por Jorge Perugorría y Vladimir Cruz. Durante una escena, mientras un personaje pone un disco de María Callas, otro nota lo bueno que sería escuchar a otra cantante, además de a María Remolá», en realidad el significado de esta escena se refiere a Fidel Castro, a la necesidad de escuchar otra voz que no fuese la suya.

«Remolá grabó un programa de arias con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, conducida por Guerrero (a juzgar por la acústica, probablemente sea de los 60s o de los 70s). Aunque su técnica florida es considerable, y el brillo de más alto registro tiene su propia elegancia, hay un extraño provincialismo en su trabajo. La tendencia de Remolá era la de cerrar las arias una tercera por encima del tradicional tono alto. El aria de Rosina en el Barbero de Sevilla (cantada en F) termina en una A sostenida por encima de una C alta, y la «Canción de las campanas» de Lakmé termina en una sostenida G-sharp por encima de la C alta».

Y continúan ensalzando su trabajo: «Aunque las grabaciones pueden ser engañosas, su voz parece haber sido un cálido instrumento, y suficientemente amplia para permitirle manejar fácilmente la fuerza necesaria para una exitosa «Sempre libera» de La Traviata, de Verdi, la cual ella eligió para concluir con una excelente, final A-flat sostenida, por encima de una C alta. La vibración latina de su voz puede volverse difícil a veces, pero ella es bastante capaz de un controlado pianísimo alto; la frase final del «Caro nome» salta a un calmado G-sharp en altura que viaja a través de una notable disminución del tono para concluir en un mero murmullo. Su mejor esfuerzo, sin embargo, son las variaciones de Adam sobre «Ah vous dirai-je Maman». Después de una extraordinariamente larga y difícil cadencia con fauta, Remolá termina con una B sostenida por encima de una C alta, la nota más alta y sostenida que haya grabado alguna vez un artista clásico».

El 18 de septiembre del 2010, la sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes, en Santo Domingo, vistió sus mejores galas para homenajear a la inolvidable cantante lírica, cuya exitosa carrera artística en el canto y posteriormente en la formación de nuevos talentos de la voz sobrepasó los 50 años.

María Remolá, el Ruiseñor que vive calladito en Santo Domingo

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