Algunos alimentos que contienen el aminoácido (Fuente externa)

El triptófano es uno de los aminoácidos esenciales que nuestro organismo necesita para su correcto funcionamiento. Es responsable de numerosas consecuencias positivas en el organismo, desde mayores niveles de felicidad y bienestar a un descanso óptimo, la prevención de enfermedades vinculadas con la inflamación (desde el cáncer al acné, la diabetes o los problemas del corazón) hasta la ralentización del envejecimiento.

Al igual que ocurre con el resto de aminoácidos esenciales, no podemos producir por nosotros mismos el Triptófano, sino que tenemos que obtenerlo de ciertos alimentos que lo incluyen en su composición.

Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Georgia, en la Universidad de Augusta (Estados Unidos) en su estudio con ratones concluyeron que una dieta baja en triptófano puede empeorar la microbiota intestinal y aumentar la inflamación.

La publicación de SciTechDaily apunta a que la deficiencia en este aminoácido puede causar niveles más bajos de lo necesario de bacterias intestinales que apoyan la inmunidad y conducen a la producción de serotonina, que ayuda a promover sentimientos de felicidad, y melatonina, más conocida como la hormona del sueño.

Otro informe reciente sugiere que la disminución de la función de los órganos es una parte importante de las causas del deterioro de la salud a medida que envejecemos. Por tanto, tener niveles saludables de triptófano puede influir positivamente en la longevidad.

Siendo uno de los 9 aminoácidos esenciales, el nutriente es fundamental para producir las proteínas necesarias que el cuerpo necesita, garantizando su adecuado funcionamiento.

El triptófano puede encontrarse en la leche entera de vaca, así como en los quesos chedar y yogures. En las verduras de hoja verde, como los berros, el brócoli o las espinacas son alimentos ricos en triptófano. Así mismo en los huevos, sobre todo en la yema. Del mismo modo las semillas de calabaza, las semillas de girasol y los cacahuetes, las almendras, nueces, pistachos, anacardos o sésamo son estupendas fuentes vegetales de triptófano. La avena cocida, las carnes magras (como el pollo y el pavo), carnes bajas en grasas y calorías con alta proporción de proteína.

También está presente en frutas como el guineo, la manzana, la ciruela pasa, la piña, el aguacate, los dátiles. En los productos del mar: el salmón, el bacalao, el atún y las sardinas, las vieiras y los camarones.

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