El III Festival de Cine Fine Arts Hecho en  Casa, montado Del  7 al 13 de septiembre, montado el acogedor ambiente del complejo cinematográfico en Novo Centro, requiere de un análisis detallado por el rol de plataforma de renovación de la calidad del cine joven. No hay otra forma de explicarlo.

En este festival, que nació como necesidad cuando la pandemia, en 2021, limitó el realizar el evento con el carácter internacional,

El III Festival ha concluido con una formidable competencia de siete proyectos de cine nacional, patrocinado por Caribbean Cinemas y Altice, empresas que lo anunciaron, con la dirección general de Zumaya Cordero y el copatrocinio de Banco Caribe, Johnnie Walker, Induveca y Franks, con el apoyo de DGCINE.

El equipo organizador dirigido por Zumaya Cordero y Ana López, por Caribbean Cinemas, logró montar un festival con material fílmico nuevo, proyectos que ratifican que la industria dominicana ha ascendido de niveles, que ya no es posible enmarcarla en una etiqueta y que ahora es casi una herejía pensar que solamente somos capaces de hacer comedias en un centro comercial o en un hotel resort, para que los patrocinios vayan incluidos.

Fue un gran festival de cine, sea internacional o renombrado, sea local y pequeño, se equipará en a cualquier otro, si el resultado de la deliberación de sus jurados, es justa, objetiva y libre de presiones.

El veredicto del jurado:

El Método: Mejor Película (David Maler)

Cecilia García (La Hembrita), Mejor Actriz principal

Xiomara Fortuna, Actriz secundaria (La Hembrita)

Pepe Sierra: (El Método), Mejor actor segundario.

David Maler: Mejor actor secundario (Croma Kid),

Croma Kid, Mejor  Guión: (Israel Cárdenas y Pablo Chea)

Un Gavillero en la Sierra: Mejor Corto Documental Ficción (Ricardo Ariel Toribio)

En busca del Corazón Azul (Amelia Deschamps): Mejor Corto Documental de no Ficción.

Menciones especiales (cortometrajes universitarios): “Taita” de Paola Bruno y Jessie Rosario (PUCMM) y “Sol Azul” de Alina Labour (Escuela de cine Chavón).

El jurado del III Festival Fine Arts hecho en casa estuvo integrado por: Ariel Feliciano, Víctor Piñeiro, Marc Mejía (quien evidenció un talante profesional al mantenerse en sus funciones a pesar de la dolorosa partida de su padre, Pericles Mejía), Alfonso Quiñones, José Rafael Sosa, presidido por Félix Manuel Lora. La directora general del Festival fue Zumaya Cordero.

Y las películas?

Las siete películas en competencia fueron: Croma Kid, El Método, La hembrita, El mundo que nos rodea, O+, Yaque y Otra historia de crimen. El Método, La hembrita y Croma Kid, sin dudas lo más cinematográficamente valioso, son tres piezas dignas respaldo ahora que pasaran sucesivamente a cartelera comercial. No las comentaremos todas ahora porque ya el texto va bastante extenso, por lo que nos circunscribimos a las ganadoras

El método (que tenía la limitación de no ser guion original para cine, sino adaptación de la obra teatral del barcelonés Jordi Galcerán (El método Grönholm) – y que hemos visto en el país y Madrid en versiones escénicas-) es un hito para el cine nacional. El método presenta calidad inteligente en la adaptación y uno de los mejores trabajos interpretativos corales de la escena fílmica dominicana: Nashla Bogaert, Héctor Aníbal, Georgina Duluc, Pepe Sierra, Yasser Michelen, Dahiana Cordero y Roger Wasserman.

A eso se agrega su tono en diseño de sonido y dirección de arte, en su universo sonoro y su iluminación, a lo cual aporta un trabajo chispeante, intenso y de procesos continuos de sus talentos. Es una cinta que debería tener un buen proceso de distribución internacional. Es buen deseo que el público local que no la vio, la aproveche cuando esté en cartelera.

La hembrita (Laura Amelia Guzmán) es una joya cinematográfica por el sostenido y cuidado pulso de su directora, asistida por actuaciones sobresalientes, que llevan el sentido de confrontación, de clases, de angustia y soledad afectiva, de necesidad, del encuentro por encima de las divisiones sociales circunstanciales. Guzmán es una cineasta integral y apasionada, creativa que ha logrado, junto a su compañero Israel Cárdenas, una de las duplas creativas que mayor cantidad de lauros y palmares se han logrado para el cine dominicano, desde Jean Gentil (2010), Dólares de Arena (2014) y La fiera y la fiesta (2019).

Ambos tienen visión de sus guiones, criterio para seleccionar tanto los temas como los talentos interpretativos. Xiomara Fortuna está en su mejor papel en cine, aun cuando desaparece inexplicablemente a mediados de la misma. Lo que logra Xiomara Fortuna en inflexiones, movimiento corporal, actitud visual, es digno de ser reconocido.

Cecilia García se inserta en los matices de una dama de sociedad de clase alta, enmadejada en los giros de la corrupción por parte de su marido, (Cuquín Victoria), que por cierto también logra un notable desempeño, alejado de los estereotipos fílmicos de las comedias del pasado.

Croma Kid (Pablo Chea) es una carta de presentación digna y resaltante que anuncia la llegada de un director con sentido de lo que hace, apoyado en una historia de los años noventa y su tecnología, un no olvidada, en el transcurso de la cual se teje una historia de varias líneas temáticas.

Los cortos premiados

El Premio al Mejor Corto de Ficción para Un gavillero en la sierra, de Ricardo Ariel Toribio, expresa una enorme verdad: se puede hacer un válido cine histórico aún con las limitaciones de un presupuesto mínimo, echando mano a actores del ambiente, reconstruyendo con dignidad una parte del pasado patriótico.

El corto es un proyecto con complejidades y referencias musicales patrióticas (como el Himno Nacional de esos años) para dar con una historia que ya debería estar convocando la necesidad de un largometraje.

Su director, rostro poco conocido, es un músico que se ha orientado, conceptualmente, al estudio del cine con criterio social, para lograr proyectos de criterio nuevo.

Un acierto del jurado fue el premio al Mejor Cortometraje Documental a En busca del corazón azul, (ópera prima de Amelia Deschamps) sobre la explotación del Larimar, pero enfocado como nunca antes: a través de las aspiraciones y condiciones de trabajo de un minero de la piedra azul que únicamente se produce en aquel socavón y cuya extracción supone un riesgo y una aventura, que la autora decidió correr.

Se trata de un valiente trabajo de cámara en hombro y peligros reales. No es la primera vez que se toca el tema en un corto. Antes habíamos visto reportajes periodísticos en premios de periodismo turístico, pero no con estas características en las cuales el cine hace pareja con la vida real.

7 reposiciones de culto

Podría ser atrevido hablar de “reposiciones de culto” en el cine dominicano, pero encontramos el concepto adecuado para la decisión de haber incluido en la cartelera las películas: “No es lo que parece”, de David Maler; “La familia Reyna”, de Tito Rodríguez; “Veneno” de Tabaré Blanchard; “Hotel Copelia”, de José María Cabral; “Papi”, de la novela homónima de Rita Indiana; “Mis 500 locos” de Leticia Tonos, y “La Gunguna” de Ernesto Alemany.

Estos títulos, que mucha gente fue a ver porque perdió en su momento la posibilidad de hacerlo, construyeron una especie de pequeña antología inmediata del buen cine dominicano.

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