El complejo retrete instalado en la EEI (Fuente: NASA)

El inodoro más caro del mundo, muchos creen y lo dan como un hecho, que es el diseñado en China, revestido por 40,000 diamantes y hecho en un total de 334,68 dilates de oro macizo, que cuesta 1 300 000 dólares.

El inodoro chino que cuesta 1 300 000 dólares (Fuente externa)

Están equivocados. El inodoro más caro del mundo se encuentra en la Estación Espacial Internacional, adonde llegó hace el último día de septiembre del 2020, en medio de la pandemia.

Los astronautas Chris Cassidy e Ivan Vagner fueron los encargados de estrenar y poner a prueba la última obra de ingeniería de la NASA en cuanto a retretes se trata.

Algunas de la partes del complicado retrete espacial (Fuente: NASA)

La idea fue probarlo en condiciones de gravedad cero para que luego pueda ser utilizado en misiones más lejanas a la Luna o a Marte.

Abandonó la Tierra el 29 de septiembre a bordo de una cápsula de carga de Northrop Grumman Cygnus que llevó suministros y avituallas a los astronautas, así como material de investigación.

El inodoro más caro del mundo tiene nombre propio. Se llama Universal Waste Management System. Como ya indica, es a fin de cuentas un sistema para gestionar las deposiciones de los astronautas. Es un 65% más pequeño que los anteriores y hasta un 40% más ligero. Esto es esencial en un lugar que busca optimizar al máximo el volumen y la energía consumida. Los ingenieros de la NASA se han tomado esto como si de una nave se tratase, buscando aprovechar al máximo el espacio ocupado y el consumo de energía. Según un portavoz de la agencia espacial, «son componentes muy importantes del diseño de una nave espacial».

Los retretes japoneses

Este retrete no es comparable con las maravillas de los retretes japoneses, que son un pequeño prodigio de lo que podríamos llamar la escatotecnología. Esas tazas de baño, además de estar calentitas al sentarse, emiten un chorro de agua a la temperatura del gusto de cada cual directamente al ano, o incluso a la vulva de las mujeres. Porque tiene ese doble uso. Se pueden ajustar la presión y la temperatura del chorro, además de la posición del mismo que es sorprendentemente certero.

Esos chorros de agua ayudan contra las hemorroides y el estreñimiento. Hay retretes con sensores que permiten medir el azúcar en sangre basándose en la orina o incluso el pulso, presión sanguínea o contenido de grasa en el cuerpo.

Otros más adelantados que neutralizan los malos olores con la desodorización por ozono.

El Washlet japonés, en un diseño de líneas compactas (Fuente externa)

El retrete con reconocimiento anal

En abril del 2020 la revista científica Nature Biomedical Engineering publicó una investigación liderada por Sanjiv S. Gambhir, Seung-min Park, David Won y Brian Lee, de la Universidad de Stanford, que describió un inodoro con un sistema de sensores y cámaras. Un «inodoro inteligente» que ha sido probado en más de veinte participantes y mediante inteligencia artificial y reconocimiento de imágenes es capaz de analizar a quienes lo estén utilizando. Es decir, a través del reconocimiento no facial… sino anal.

Los investigadores desarrollaron lo que llaman un ‘Analprint Scan’, o un escaneo del ano de cada usuario para relacionar los datos obtenidos con cada individuo.

El diseño de la Universidad de Stanford con el Analprint Scan (Revista Nature)

«Todos usan el baño, realmente no hay forma de evitarlo, y eso aumenta su valor como dispositivo de detección de enfermedades», explicó Sanjiv. «El inodoro inteligente es la manera perfecta de aprovechar una fuente de datos que generalmente se ignora, y el usuario no tiene que hacer nada diferente».

¿Cuanto costó el retrete más caro del mundo?

Regresando al retrete más caro del mundo que se encuentra en la Estación Espacial Internacional hay que decir que incluye un embudo para la orina y también un separador de doble ventilador. Este separador especial consigue crear un flujo de aire que atrapa las deposiciones aunque no haya gravedad suficiente. Es muy importante la gestión de los desechos debido al espacio tan reducido de la nave, teniendo en cuenta que la orina posteriormente se recicla para obtener agua, de ahí que vaya por un embudo separado.

El retrete de la EEI es algo de suma importancia, debido a las dificultades que trae la ingravidez.

El nuevo inodoro instalado en la EEI ha costado nada más y nada menos que 23 millones de dólares.

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