PAN Y CIRCO

He bañado a mi padre

lo he vestido

y ahora le compro

algodón y chocolate

para traerlo al circo.

Aunque tiene seis años

no le teme al león

ignora los caballos

se ríe de los acróbatas

pero le aterroriza

la tropa de payasos.

Hijas mías:

cuando sepan que he muerto

y sueñen que me llevan al circo

¡soñadme como mismo

he soñado a mi padre!

(Del libro «Firmado en La Habana», 1985)

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