«El objetivo del que ejerce violencia es anular el conflicto y controlar al otro por vía del maltrato, devenido en técnica de dominación». Jacobson, 1993.

La violencia sigue creciendo en el mundo. Es preocupante, pero quizás si usted ve esta realidad, entenderá por qué insisto tanto en el tema:

Una mujer es atacada por su compañero cada 15 minutos, en Estados Unidos. Y otra es violada cada seis minutos.

Más del 50% de las mujeres son golpeadas alguna vez en su vida; más de un tercio, repetidamente cada año. La evidencia del porcentaje de violencia física en relaciones prematrimoniales es de 20 a 35%. El 30% de las mujeres víctimas de homicidio murieron en manos de sus esposos o novios.

El 95% de los informes policíacos sobre violencia doméstica se refieren a hombres que han golpeado a sus compañeras: 9 de cada 10 mujeres asesinadas murieron a manos de hombres; 4 de cada 5 asesinatos ocurren en el hogar. Uno de cada 4 hombres y uno de cada 6 mujeres consideran que, bajo ciertas condiciones, el varón tiene derecho a golpear a su esposa.

Los estudios sobre mujeres abusadas arrojan que entre el 35 y el 40% trataron luego de suicidarse.

Aproximadamente el 50% de las mujeres alcohólicas fueron abusadas.

Aunque casi el 30% de las mujeres víctimas de violencia fueron asesinadas por sus esposos, ex-esposos o novios, solo el 3% de los hombres fueron asesinados por sus esposas, exesposas o novias.

El 26% de las violaciones y asaltos sexuales fueron cometidos por esposos, exesposos, novios o exnovios.

El 45% de todos los ataques violentos contra niñas fueron cometidos por hombres que ellas conocían, según el Departamento de Justicia de EEUU.

Como decíamos en uno de nuestros artículos, no es sólo un problema psicológico, social, o de seguridad ciudadana, lo incluye a todo. Afecta profundamente a la familia, a la estabilidad emocional de los niños y a su futura salud mental. Destruye la relación de la pareja, marcando a los que están envueltos en ella.

Cuando hablamos de violencia, ¿de qué estamos hablando? A veces creemos que sabemos, pero no es así. Muchos elementos influyen en lo que es violencia, y uno de ellos son los daños visibles e invisibles. Se ve o no se ve en el cuerpo. Lo visible podría ser una lesión física que se pueda registrar, golpes, moretones, cortadas, lesiones, fracturas, etc. Esto sana con el tiempo, pero no olvide que toda lesión física conlleva una psicológica. Las lesiones psicológicas son para toda la vida y nos marcan para siempre.

Los que trabajamos con víctimas de violencia doméstica debemos luchar para que se tome conciencia de la importancia de los daños invisibles y trabajar para que no se escape esta percepción.

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