Cardenales (Fuente Externa)

MIAMI. “Contra el criterio de la propia iglesia venezolana, el Vaticano ha querido estar presente en una toma de posesión de Nicolás Maduro juzgada casi universalmente ilegítima y sin apenas enviados de otros países”. Carlos Esteban (Infovaticana).

Cuando el papa Francisco fue elegido y empezó a tomar ciertas medidas, a mostrar su sencillez y pretender hacer cambios que más o menos prometían una Iglesia más humana, más flexible, más cerca de sus (cada vez menos) feligreses en el mundo, pensé que de verdad surgiría un cambio en el catolicismo. Todas esas esperanzas se me han ido cayendo una a una… como cuando fue a Cuba y se negó a recibir a las Damas de Blanco, pero sí se reunió con parte de la dictadura más terrible de estos años, los Castro y su legado de hambre; el cual ha destruido a miles de familias, dando como resultado que hoy haya cubanos regados por el mundo, sin patria, sin sus familias cercanas, creando una estela de dolor que no acaba… Todo esto me decepcionó y perdí las esperanzas de que este Papa iba a dejar un legado diferente a los demás. Pero lo de enviar a un representante de la Iglesia Católica a la investidura de Maduro como “presidente” de Venezuela, me ha indignado.

No se justifica hacer negocios, apoyar, dar la “cara” por un gobierno de delincuentes, narcotraficantes, criminales, ladrones, mentirosos y un gran etc. Jesús nunca se comportó así en la tierra. Tristemente soy católica supuestamente, crecí en colegios católicos y, para desgracia mía, una vez graduada de Psicóloga trabajé por 10 años en el mismo colegio donde estuve interna desde muy pequeña y en uno dirigido por curas. Por esto, a mí nadie me puede venir con cuentos. Yo lo viví, y gracias a esa etapa tuve que ir por años a terapia por todo el daño que me hicieron.

Hoy creo firmemente en Dios y mi personaje favorito es Jesús, pero solo voy a la Iglesia si es una obligación. Cuando entro en una, me da ansiedad y ganas de salir corriendo. Y que no venga nadie a decirme que ellos, los sacerdotes, papas, monjas, son seres humanos y hay que perdonarlos, que los perdone Dios, porque yo no.

En un momento tan difícil como el que estamos viviendo en el mundo, esto es cobardía. Ya no creemos en la Iglesia; sus escándalos no paran y han sido mal manejados. Abusos de todo tipo (yo los viví), y no veo qué hacen. Mucho bla,bla, pero se sigue amparando y tapando el abuso sexual, físico, emocional y psicológico. Pero no sólo eso, se sigue tapando a los curas ladrones y corruptos que se unen a los gobiernos a robar la salud, la comida y el futuro a los más necesitados. Mi país es un buen ejemplo. Investigue padre Francisco, si de verdad quiere hacer algo. Qué vergüenza, mi Dios, ¿en quién podremos creer?

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