Zelensky en la pantalla grande de la sala Lumiere (Festival de Cannes)

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski fue la sorpresa de la noche en la inauguración del 75 Festival de Cannes, a través de un video, en el cual pidió a los cineastas y al mundo, que el cine “no se calle” ante a “guerra más terrible desde la Segunda Guerra Mundial”, la misma que lucharon codo a codo, rusos y ucranianos, mezclados en mismos batallones, contra el fascismo hitleriano.

El presidente, quien también es actor, destacó la cinta “El gran Dictador”, de Charles Chaplin, que fuese estrenada en 1940, en plena conflagración mundial, como ejemplo de lo que puede hacer el séptimo arte en una guerra.

«Podríamos haber pensado que no iba a haber más guerras, pero tanto entonces como ahora había un dictador, una guerra contra la libertad, y ahora y antes el cine no debe quedarse mudo», decía ante los asistentes que puestos de pie le aplaudieron.

Mientras la prensa ucraniana, ubicada en la sala contigua, ha sacado una bandera ucraniana. «Hace falta un nuevo Chaplin que demostrará que el cine no está mudo. Estoy convencido de que el gran dictador va a perder», añadió.

El Festival de Cannes ofreció desde su anuncio primero, el apoyo al pueblo y al gobierno ucranianos. En esta edición se han cancelado a todos los productores, instituciones y artistas que sean afines con al línea oficial del gobierno de Putin, así como a la prensa rusa que apoye la guerra.

Cannes en cambio ha dado voz y ojos a los artistas rusos disidentes con su gobierno, como a Kiril Serebrennikov, director de cine que huyó de Rusia a Francia y que compite por la Palma de Oro con su película La mujer de Chaikovsky.

El director ha sufrido en varias ocasiones la censura rusa. Y de hecho esta película misma fue duramente criticada por Putin, quien expresó que laceraba los cimientos de la cultura rusa, al mostrar un Chaikovsky desconocido por el gran público, por su tendencia sexual.

Mientras, tras semanas de resistencia en la acería de Azovstal, último bastión ucraniano en la castigada ciudad de Mariúpol, desde Moscú aseguraron que las conversaciones con Kiev ya no avanzan; mientras que Finlandia y Suecia encuentran respaldo de la Unión Europea en sus pedidos de ingreso a la OTAN. ¿Suenan tambores de guerra mundial?

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