El cosmonauta Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961 (Fuente externa)

Este lunes 12 de abril se cumple el 60 aniversario del primer vuelo tripulado al espacio. Antes de Yuri Gagarin, nadie había visto nuestro planeta desde una altura de 300 kilómetros. Gagarin se convirtió en un ejemplo para muchas generaciones de cosmonautas y astronautas, así como para millones de niños y niñas en la Tierra.

A decir de la reina Isabel II de Inglaterra “Era encantador. Y creo que el hecho de que él fuera el primer [astronauta] lo hizo especialmente encantador”, dijo con seriedad.

«Debe dar miedo convertirse en pionera en el espacio, sin saber cómo terminará el viaje. Y poder volver. Esto es muy importante ”, dijo la monarca hace pocos días en un encuentro virtual con científicos de su país.

Estatua de Yuri Gagarin en una de las avenidas más importantes de Moscú (Fuente externa)

El vuelo

«Payejali» (Vámonos) dijo Yuri Gagarin en el momento del despegue con el cual inscribió su nombre en la historia de la humanidad al completar 108 minutos en una órbita alrededor de la Tierra a bordo de la nave Vostok-1.

Para el vuelo se buscaban personas sanas, de 30 años, 1,70 metros, y 70 Kg. máximo, aunque Gagarin sobresalió por su experiencia como piloto a reacción. Además de Gagarin, otros dos cosmonautas fueron elegidos para la misión: Grigori Nelyubov y Guerman Titov. Éste último es el más conocido, debido a que unos cuatro meses después de la hazaña de Gagarin, se convirtió en la segunda persona en orbitar la Tierra, con un vuelo de un día de duración en la nave Vostok-2.

Dos días antes de partir, le escribió una carta a su esposa Valentina: «La comisión gubernamental me ha elegido para ser el primer hombre en viajar al espacio. No sabes, querida Valiusha, lo feliz que estoy, y quiero que tú también lo estés. A una sola persona le han encargado una tarea tan enorme: ¡Allanar el camino al espacio!». «¿Puedo soñar con algo mayor? ¡Esto es historia, es una nueva era! En un día despega mi vuelo».

Más adelante detalla su preocupación en caso de un accidente, expresando que a pesar de su confianza en los ingenieros soviéticos, siempre es posible que ocurra algo: «Hay hombres que caen en el lugar más inesperado y se parten el cuello. Aquí también puede ocurrir, pero no lo creo. Si pasa algo, te pido, Valiusha, que el dolor no te mate».

Nave espacial Vostok 1 (Fuente externa)

La carta no fue entregada a Valentina hasta la muerte de Gagarin, ocurrida un 27 de marzo de 1968 debido a un accidente aéreo.

Durante el vuelo en la órbita de la tierra, el cosmonauta sólo tenía que hablar por radio y probar un poco de comida con el objetivo de conocer cómo se comportaría el organismo en estado de ingravidez. En ese periplo espacial, que partió del cosmódromo de Baikonur (actual Kazajistán), atravesó el Océano Pacífico, el Estrecho de Magallanes y el sur del Océano Atlántico.

Al llegar a la altura de la costa de Angola, se encendieron los cohetes para el frenado y el comienzo de la reentrada. Cuando la nave tenía una altitud de 7.000 metros, se disparó el asiento eyectable y Gagarin cayó lentamente en paracaídas. Esto se mantuvo en el más estricto secreto durante décadas, pues las normas de la Federación Aeronáutica Internacional vigentes en aquella época especificaban que, para certificar un vuelo espacial, el piloto de una nave tenía que despegar y aterrizar con ella.

En el regreso a la Tierra, Gagarin dio señales de alerta anunciando que literalmente, estaba comenzando a arder. «Adiós camaradas», gritó. Sin embargo, se trataba del efecto de la fricción producido por las capas de la atmósfera, con 5.000°C en el exterior. A 7 kilómetros del suelo, el cosmonauta saltó en paracaídas y estuvo a punto de caer en un río congelado, aunque se salvó gracias a su experiencia. Fue recibido por pobladores locales, que creyeron que era un espía… Tuvo que convencerlos que era soviético.

La guerra fría favoreció el impulso de la conquista del espacio.

Viaje a Cuba

 

Fidel Castro, Gagarin y Osvaldo DOrticos, presidente de la República de Cuba (Fuente externa)

Poco después del vuelo a la órbita terrestre, Yuri Gagarin fue recibido en La Habana a bombo y platillo un día lluvioso. Fidel Castro le dijo al pie de la escalerilla del avión que lo trasladó de Moscú a la capital cubana, que hasta el cielo estaba dando salvas por su arribo. Gagarin llegó vestido de un impecable traje blanco militar.

En Cuba se reunió con los pilotos héroes de Playa Girón, entre ellos con el Tigre Prendes, Alvaro, quien había sido -como sus compañeros- de la fuerza aérea de Batista y luego se habían pasado al bando revolucionario. El autor de En el punto rojo de mi kolimador había conversado largamente con el cosmonauta, traductor de por medio. Gagarin admiró el arrojo de los pilotos cubanos y estos al primer hombre que había volado más alto que ellos.

El primer cosmonauta del mundo, Yuri Gagarin, junto a los pilotos héroes de Bahía de Cochinos (de izquierda a derecha, de uniforme): Álvaro Prendes, Rafael del Pino, y Enrique Carreras. La Habana, julio de 1961

En su honor fue creada la Orden Playa Girón, la más alta condecoración que otorgaba el gobierno bisoño de Fidel Castro.

Casi enseguida fue creada la Asociación de Amistad Cubano SOviética, co-presidida por Gagarin y Che Guevara.

Antes de llegar a Cuba y después de su visita a la isla caribeña, visitó otros países donde fue recibido con vítores. Fue tanta la admiración que despertó el vuelo del primer hombre que viajó al espacio que no muy lejos de la antigua residencia de los monarcas británicos en Greenwich, en el territorio del Observatorio Real, se erige un monumento al primer astronauta.

En Rusia y en los antiguos países de la Unión Soviética, Gagarin sigue siendo un héroe. Por algo lo tienen como referencia celestial para lo bueno y lo malo que sucede con los vuelos cósmicos. “Lo siento, Yura, lo perdimos todo”, escriben en la Web, si ocurre otro accidente con satélites o cohetes. “Yura, estamos mejorando”, dicen cuando la industria espacial nacional da un salto adelante.

Son incontables las tradiciones asociadas con Gagarin en la comunidad profesional.

Un ser humano, con virtudes y defectos

Yuri Gagarin era un ser humano con virtudes y defectos. Tenía un gran sentido del compañerismo. Era un hombre valiente, con gran sentido de la responsabilidad, laborioso. Y de arrojo. Sin embargo bebía mucho. Y cuando regresó del vuelo tuvo algunas situaciones de borracheras que le llevaron a cometer errores. Por ejemplo una vez, borracho, se coló en la habitación de una jovencita a la cual estaba exigiendo le besara. Cuando su esposa tocó la puerta y le llamó por su nombre, se lanzó por el balcón. Como resultado hubo que operarle en el arco encima de las cejas. En aquellos tiempos de posguerra beber hasta perder el conocimiento estaba permitido.

Existe una pequeña ciudad rusa que lleva el nombre de Gagarin. Se encuentra en la región de Smolensk y recibió este nombre el 23 de abril de 1968, menos de un mes después de la muerte de Gagarin. Anteriormente, esta ciudad se llamaba Gzhatsk. Fue aquí donde el 24 de mayo de 1945, los Gagarin se mudaron del pueblo de Klushino, que está cerca y fue donde nació el primer ser humano que voló al cosmos.

Después del vuelo al espacio, Gagarin no llegó de inmediato a su ciudad natal.

Gagarin saludando al pueblo (Fuente externa)

“Después del vuelo, no lo vi hasta el 17 de junio de 1961, cuando llegó a Gzhatsk. Por decisión del Consejo de Ministros, se construyó una casa para los padres, por lo tanto, hasta el final de la construcción, se pospuso la visita de Gagarin a su tierra natal. En nuestra antigua casa vivíamos como una gran familia – abuela y abuelo – los padres de Yura, dos hermanos, mi madre y yo, era imposible tomar el liderazgo allí ”, dijo Tamara Filatova, sobrina del primer cosmonauta.

El día de la llegada, toda la ciudad estaba cerca de la nueva casa, recordó Filatova. Todos querían tocar al astronauta. También hubo una reunión en el parque local de cultura y recreación.

“Después de la manifestación, hubo una inauguración de la casa y una fiesta en la nueva casa. El menú incluye cocina campesina corriente, que tanto le gustaba a Yura ”, recuerda Filatova.

Hoy hay un museo en la casa del cosmonauta. Y uno de sus empleados lidera el proyecto «La cocina de la familia Gagarin», donde habla de los platos de la familia del primer cosmonauta. Por eso, a quienes quieran conocer las adicciones culinarias de la familia del primer cosmonauta y lo que comieron el 17 de junio de 1961 en su casa, se les puede recomendar que vayan a Gagarin.

Pero, en general, no es ningún secreto que a Yuri Gagarin le encantaba comer.

“A Yura le encantaban las chuletas, la sopa de borzh, la sopa de pescado, las papas en cualquier forma, el jamón de cerdo al horno en masa de centeno. Cuando se horneaba en un horno ruso, el aroma perduraba por toda la casa. Después de casarse con Valentina, empezaron a freír belyashi en nuestra casa, que a Yura también le gustaba mucho ”, señaló Filatova.

La pierna de cerdo en masa de centeno es un plato popular en Rusia occidental. Y en la Bielorrusia moderna, se considera uno de los platos nacionales. A veces, sin embargo, lo llaman por diferentes nombres, algunos de los cuales pueden confundir a un especialista culinario sofisticado.

«Si pasa algo, no te mates de dolor», escribió gagarin a su esposa en una carta de despedida (Fuente externa)

La verdadera razón del accidente

Muchas fueron las versiones alrededor de la muerte de Gagarin. Entre las más sonadas estaba la que decía que estaba borracho o que esta siendo víctima de una fuerte depresión. Algunos pensaban que realmente se había suicidado.

Casi medio siglo después, el ex cosmonauta Alexey Leonov indicó que el mismo día del vuelo de Gagarin junto a su experimentado instructor, divisaron un jet volando muy cerca y con errores en la altitud. Esto provocó una onda de choque que afectó al avión de Gagarin, provocando que se estrellara cerca de Moscú el 23 de marzo de 1968.

Leonov, estuvo involucrado en las investigaciones en torno a la muerte de Gagarin y fue autorizado a dar la información sobre el accidente con la condición de no mencionar el nombre del piloto del jet, que en ese entonces tenía 80 años de edad y se encontraba en malas condiciones de salud.

 

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