Ilustración (Fuente externa)

El aerografito fue sintetizado originalmente en 2012. Es un material ultraligero compuesto de nanotubos de carbono entrelazados, que posee una densidad siete veces menor que el aire, siendo en consecuencia uno de los materiales más ligeros que se conocen hasta hoy. Además, gracias a su máxima oscuridad dispone de una capacidad única para absorber la luz de manera casi perfecta.

Partiendo de esas premisas científicos del Observatorio de París, del Instituto Max Planck, del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona y de otros prestigiosos centros académicos internacionales llevaron adelante un estudio que demuestra las interesantes propiedades del aerografito para el desarrollo de velas fotónicas. La innovación podría revolucionar el campo de la exploración espacial y hasta concretar un viejo sueño de la ciencia ficción: los viajes interestelares, dentro del Sistema Solar.

Una nota de prensa de las instituciones que tomaron parte dice que estas dos condiciones (peso y oscuridad) lo transforman en un excelente candidato para el desarrollo de velas fotónicas. Esta tecnología emplea la presión que ejerce la luz solar para ganar velocidad en naves diseñadas para la exploración espacial, de la misma manera que lo hace una vela náutica con el viento para impulsar embarcaciones que se trasladan sobre el agua.

Las velas fotónicas de aerografito permitirían explorar todo el Sistema Solar con mayor rapidez y hasta comenzar a pensar en viajes interestelares. Los especialistas creen que esta tecnología haría posible una futura misión hacia Alpha Centauri, el sistema estelar más cercano al Sol, ubicado específicamente a 4,37 años luz de la Tierra.

Los astrónomos calcularon que un objeto esférico desarrollado bajo esta tecnología, con 1 metro de diámetro y 0,5 milímetros de espesor, arribaría en dos meses a Marte y en algo más de cuatro años a Plutón, utilizando para su propulsión únicamente la luz solar. Lógicamente, el mínimo peso del aerografito y su gran capacidad de absorción de la luz serían características inmejorables para desarrollar esta clase de objetos.

Los científicos destacan en el estudio que una pequeña nave de condiciones similares a la indicada anteriormente pero con menor espesor llegaría a Alpha Centauri luego de 185 años de viaje. Se trata de un tiempo aún muy extenso para la vida humana, pero que sin dudas marca un gran avance con relación a otras tecnologías, pensando por ejemplo en misiones de investigación y reconocimiento.

Estiman que el desarrollo de un prototipo representaría una erogación de 1 millón de dólares (casi 849 mil euros). También calculan que cada vela fotónica de aerografito costaría alrededor de mil dólares (849 euros). Al mismo tiempo, creen que el desarrollo integral de un proyecto de navegación espacial bajo los criterios de esta tecnología arrojaría un presupuesto de aproximadamente 10 millones de dólares (casi 8 millones y medio de euros).

En cualquier caso, las propiedades del aerografito y las características de las velas fotónicas constituyen un paso inicial de gran trascendencia para el desarrollo de misiones espaciales más eficientes en cuanto a tiempos y resultados, ampliando además notoriamente su alcance.

Referencia (Low-cost precursor of an interstellar mission. R. Heller, G. Anglada-Escudé, M. Hippke, P. Kervella. Astronomy & Astrophysics (2020).DOI:https://doi.org/10.1051/0004-6361/202038687)

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