SD. José Alberto El Canario y el Septeto Santiaguero resultaron ganadores del Grammy Latino en el 2015 al Mejor Álbum Tropical Tradicional, por el álbum A mí qué.

La producción apareció sin que pudieran poner el nombre del autor del tema que le dio título al disco. Muchos años antes tampoco lo pusieron, los encargados de aquella producción, como debió hacerse, en la versión que grabó la orquesta Típica 73. Sencillamente porque no contaban con la información. Tan es así, que hace dos días El Canario reconoció a Notaclave.com que no sabía, que nunca habían dado con el nombre del compositor de ese número.

La investigación fue ardua, de casi un día entero de búsqueda, pero dio resultados.

El autor de A mí qué es el compositor cubano, nacido en la ciudad de Cienfuegos, Jesús Guerra Zayas, quien también creó otros muchos temas que fueron popularizados en la década de los años 40 y 50 del siglo pasado.

Y ojo, el tema no lleva por título originalmente A mi qué, sino Juanita Tripita, aunque se conoció de la otra manera. Juanita Tripita fue grabada por el Sexteto Casino, antecedente del Conjunto Casino, con Juan Fuentes, Espí y Grau, y al cabo de 30 años lo grabó la Típica 73.

Jesús Guerra nació el 20 de febrero de 1920 y fue dado en adopción a una familia de su ciudad. Conoció sus padres biológicos cuando contaba con 20 años, en 1940, en La Habana.

Su hija Esperanza Abdalla-Alvarez Ramírez contó al programa radial de Internet Y tenemos sabor desde Alemania, donde radica, que su padre fue autodidacta, y que fue un viejo trompetista de Cienfuegos quien le enseñó algo.

Sin antecedentes musicales familiares, Guerra comenzó a escribir canciones desde su adolescencia, y a tocar de oído el contrabajo, la guitarra y el órgano en la iglesia de la ciudad llamada La Perla del Sur, y por ahí comenzó a cantar y siguió componiendo boleros y guarachas, sus géneros preferidos. Cuando tenía 15 años se fue a La Habana en búsqueda de su mamá biológica.

Jesús Guerra (Fuente Externa)

En los años 40 del pasado siglo, Guerra pegó un hit internacional: “Bigote de gato”, que escribió inspirado en los bigotes de Manuel Pérez Rodríguez, un señor que era su vecino en el barrio habanero de Luyanó, que fue grabado por artistas como Daniel Santos, Vicentico Valdés y Bienvenido Granda, por solo citar a tres monstruos de la época.

Guerra fue un buen amigo de Chano Pozo, el legendario tumbador cubano, autor de Manteca, a quien le salvó la vida en determinado momento en que iba a cometer un grave error.

Otros temas suyos fueron “Un meneíto na má”, que popularizara el famoso Cascarita con la Orquesta Casino de la Playa en arreglo de Pérez Prado. Aquí en interpretación de Ninón Sevilla en una película mexicana de la época:

Un tema que fue grabado por el más grande de los cantantes cubanos, Benny Moré, fue “Tú verás, Margot”, un tema que sin embargo no contó con mucho éxito. Como tampoco “El tiburón” y “La bodega del Ñato”, este último grabado por Cascarita con la orquesta Perlas Cubanas, un mucho mejor que el que luego versionó Rolando Laserie con su Combo.

“Esa sí es cheque”, popularizada por Bienvenido Granda y la Sonora Matancera, fue otro de sus éxitos, incluido en la pista número 4 del lado B del disco Se formó la rumbantela.

En 1952 se popularizó el fabuloso mambo Niñas bonitas, que grabaron las Hermanas Lago y Bienvenido Granda con la Sonora Matancera, con arreglos de Severino Ramos, bajo el sello discográfico Seeco Records.

“Semilla de marañón” fue un son montuno grabado por Benny Moré y la Banda Gigante, pero también por Dominica Vergés, junto al trío Luisito Peña y la Orquesta Almendra, en una versión que parece mejor lograda.

“Yo soy tiburón”, parece ser un tema erróneamente adjudicado a Arsenio Rodríguez en el disco Tíbiri Tábara que grabó el septeto Sierra Maestra en 1997. Indagando en la lista de canciones de ese gran autor cubano, la canción en cuestión está ausente, aunque sí aparece en la lista de canciones de Jesús Guerra Zayas.

Jesús Guerra en foto de época (Fuente Externa)

De 1948 data la guaracha “Bartolo suelta el saco”, grabado por Bienvenido Granda y la Sonora Matancera, con arreglos de Severino Ramos y grabado para el ello disquero Stinson Spanish Records. El tema fue grabado también por Orlando Guerra Cascarita.

“La paquetona”, igual de autoría de Jesús Guerra, fue grabada por Bienvenido Granda con la Orquesta de René Hernández, en el álbum Amor extraño, en 1954. La canción ocupa el cuarto track de la cara A, y en la cara B en el track cuarto aparece, casualmente, el merengue “Titita”, de nuestro Joseito Mateo.

Jesús Guerra fue autor de otros muchos temas. Sus guarachas y sones montunos estaban casi siempre ligados a lo que sucedía en la vida cotidiana, como crónicas sobre lo que pasaba en las calles, incluyendo la picardía y el doble sentido.

Salida de Cuba para siempre

En enero de 1955 partió de Cuba hacia Europa, específicamente hacia España, con el ballet y la orquesta de Jaime Camino. De ahí cruzó a Italia donde formó la Orquesta Cubana Chachachá, de la cual formaba parte la inolvidable pianista cubana Enriqueta Almanza, una extraordinaria repertorista y dueña de un sonido muy particular y de una manera de percutir el piano muy especial, con énfasis en el género bolero. La muy admirada Enriqueta falleció en La Habana en la década de los 90. En la Orquesta Cubana Chachachá, cuyo formato era piano, guitarra, batería, saxofón, dos trompetas y tumbadora, la voz líder era la de Lucy Collantes, esposa de Julio, quien además bailaba cuando era necesario.

Con la orquesta viajó a Alemania Occidental, donde se radicó definitivamente y donde trabajó por 30 años, aunque no siempre en la música. Desde allí viajó difundiendo la música cubana a Francia, Suiza, Suecia y Finlandia.

Guerra visitó Cuba por primera vez después de 1955, en 1978, y desde entonces volvió algunas veces más, pero nunca volvió a presentarse en su tierra natal. Se mantuvo en contacto con algunos músicos cubanos en Estados Unidos como Celia Cruz.

Recuerdos de Jesús Guerra

Según narró su hija en la entrevista radial de Internet citada arriba, su padre era miembro de la Asociación Cubana de Autores que existía antes de la Revolución, y después lo fue de la SGAE. Su madre, hace cuatro años atrás seguía recibiendo dinero de derechos de autor.

Contó su hija Esperanza que después de salir de Cuba, a los seis meses su padre mandó a buscar toda la familia, es decir a su mamá, a su hermano y a ella, con quienes se reunió en Barcelona, en España, de ahí viajaron a Francia, Italia, Suiza durante los primeros años, y en un momento determinado hubo de ingresarla en la escuela, en Barcelona, pero ahí ella no se sentía bien porque no estaba al lado de su familia, y que de ahí la trasladaron a Alemania, junto a ellos.

«Su música siempre gustó mucho. El viajaba mucho, nosotros todos viajábamos mucho. Tras terminarse el contrato con Jaime Camino formó la Orquesta Chachachá, en los años 50 con la industria del cine de Hollywood, el chachachá y la música cubana en general tenia un auge tremendo, y casi todas las películas tenían una parte donde había música cubana. Entonces no se llamaba salsa», recordó su hija.

Sobre los amigos que dejó en Cuba, rememoró cómo siendo ella aún pequeña a su casa, en Hamburgo, donde vivían, fueron los miembros de la orquesta Lecuona Cuban´s Boy quienes narraron sobre los cambios políticos ocurridos en Cuba. Y cómo treinta años después se reencontraron en Alicante, España, su padre y el popular compositor Marcelino Guerra, amigo entrañable de la infancia y la juventud, ambos de Cienfuegos, con quien recreó muchas canciones tocando los dos a guitarra.

A una pregunta de la entrevistadora sobre por qué se cambió el nombre en Alemania, de Jesús a José, expresó que es inusual en Alemania nombrar a un hombre Jesús, por razones religiosas, además de que no se pronuncia bien la J.

Recordó que de niña escuchaban mucho jazz, que gustaba mucho de Ella Fitzgerald, Louis Armstrong, y su padre en su grupo tocaba esa música. «Traía músicos de Inglaterra, para poder hacerla, jamaiquinos, trinitarios, un baterista de Curazao, un trompetista italiano. Igualmente interpretaba los boleros que Nat King Cole había popularizado en los 50 y 60».

Según Esmeralda, la primera vez que Jesús Guerra volvió a Cuba, en La Jata en Guanabacoa, donde vivía su hermana (fallecida hace ahora cinco años), lo recibieron con gran algarabía, y cerraron la calle y tocó una orquesta.

«Mi padre Jesús, después que tuvo que dejar la música trabajó en cualquier oficio que encontraba. Recuerdo que en 1974 fue la primera crisis económica aquí en Alemania y ya entonces no habían muchos locales que pusieran música en vivo, empezaron a surgir las discotecas, y los grupos musicales ya no tenían contratos como antes que les daban contratos por tres meses, un año y tal. Y tuvo que trabajar en una fábrica de carros en Hanomag, en Hamburgo. Mi mamá también trabajaba en una fábrica», narró.

«Ellos se compraron un piso en Alicante y allí en ese apartamento vivieron su jubilación, gozaron igual de la vida española. En los años 70 y 80, hasta morir en el 95».

A una pregunta de si su padre quería regresar a Cuba, Esmeralda respondió rotundamente que sí. «Cuando él iba a morir me dijo que regresara yo, porque yo siempre he querido regresar y yo le pregunté y él dijo: ´Sí, mi hija, regresa´».

El destacado compositor cubano Jesús Guerra Zayas falleció el 31 de enero de 1995, en Alicante, víctima de la cirrosis hepática.

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