Vytautas Kernagis fue el Joan Manuel Serrat de la canción lituana. Lituania es uno de esos países llenos de una poesía misteriosa que le nacieron al mar Báltico.

Cuando estudiaba en Moscú conocí a Lolita Bazarauskene, una muchacha de rasgos más bien asiáticos, contraproducentes con la imagen nórdica de sus coterráneos. Ella le echaba la culpa a que supuestamente descendía de alguna mezcla con el Imperio Otomano.

Sucede que alguna vez por allá por los años 1569 y hasta 1648,  mientras Sir Francis Drake le daba la vuelta al mundo con cinco barcos y 160 hombres, Polonia y Lituania estaban unidas en la Mancomunidad Polonia-Lituania. Desde entonces la mancomunidad sufrió una serie de invasiones de los tártaros. Así que por allá deben andar sus antecesores en la línea del tiempo.

Lolita y yo nos enamoramos, éramos novio y vivíamos juntos. Yo quería conocer Lituania, así que en unas vacaciones nos fuimos a Vilnius y a Kaunas, a la sazón una ciudad cerrada a los extranjeros, a la cual pude pasar clandestino en un tren junto a Lolita y otros estudiantes lituanos amigos: Asta, Sveiga, Rima, Vilma, ¿quiénes más?

Cuando llegamos a Kaunas había menos 23 grados aproximadamente y mucha nieve en las calles. Tomamos un bus en la terminal de ferrocarril y al rato estábamos entrando al apartamento de los padres de Lolita, Justas Bazarauskas y Rosalina Bazarauskene. Creo que ahora Lolita se llama Lolita Leonavičienė, pues tomó el apellido de su esposo.

Recuerdo que Justas me sentó frente a él y me sirvieron una sopa helada de yogurt con remolachas. Yo me tomé aquello más por educación que por gusto, mientras don Justas me miraba y sonreía, irónicamente. Yo me comí todo, y cuando terminé, me preguntó: «¿Te gustó?». «Bueno, no mucho, pero me lo comí», reconocí. «¿Y el frío se te quitó?», insistió. Y me di cuenta que ya no tenia frío. «Era para eso. Ahora vamos a cenar». Entonces vinieron los platos calientes y el vodka. Y al final alguno de aquellos maravillosos licores lituanos.

Fue gracias a Lolita que conocí la poesía lituana, que años después traduje al español, a través del talento poético de grandes autores como Alguimantas Baltakis, Alfonsas Maldonis y Eduardas Mezelaitis. También me enseñó bastante de idioma lituano, que he olvidado mucho y la canción que ahora sé que se llama Išeinu, palieku tave, que traducido al español significa Me voy, me quedo contigo. Realmente, es una de las canciones más maravillosas que he escuchado en mi vida. Su poesía es feraz y tierna a la vez.

Tumba del poeta y trovador Vytautas kernagis, en Antakanis cementerio de Vilnius (Fuente externa)

Su autor es Vytautas Karnegis, quien había nacido el 19 de mayo de 1951 y falleció el 15 de marzo de 2008 y dejó la extrañeza en quienes lo conocieron y le escucharon, que solo se cubre con su música. Fue compositor, cantautor o mejor dicho trovador, actor (sus padres eran actores), director y animador de televisión. Se había graduado en 1973 de la Academia Lituana de Música y teatro. Su primer álbum salió a la luz en 1978, cuando Lolita y yo nos conocimos y estaba súper pegado en Lituania.

Acosado por el cáncer de colón, dijo: “He completado varios cursos de dirección, actuación y ahora tres cursos de quimioterapia. Fuerte no es el que vence, sino el que resiste. Yo seré quien pueda resistir». Sus restos descansan en el Antakalni Cementerio de Vilnius, la capital lituana.

Vytautas Kernagis (1951-2008) (Fuente externa)

Este sábado supe por la prensa lituana que la ciudad balneario de Palanga está interesada en tener una avenida con su nombre y han hecho la convocatoria que termina el día 3, piensan inaugurarla el año próximo. «Se eligió el lugar más cercano a la actividad del maestro y su estadía en Palanga, donde caminaría antes y después de los conciertos en Annapolis Villa», dijo el jefe de arquitectura de la ciudad.

Esta es su canción, que se sigue cantando.

ME VOY, ME QUEDO CONTIGO

Letra y música Vytautas Karnegis
Traducción: Alfonso Quiñones

Me voy, te dejo, no te enfades
Me voy, te dejo, lo siento.

Porque yo no sabía
Que tú no sabías qué cosa es la nieve.

No sé para qué está lloviendo
Porque yo no sabía
Que tú no sabías lo que eran los prados.

Ni sabías tampoco qué cosa es la miel.

Quería traerte los prados,
Y la pradera de miel de abejas silvestres
Pero yo no sabía
Que tú no sabías qué cosa era la nieve.

No sé para qué está lloviendo
Pero yo no sabía
Que tú no sabías qué eran los prados
Ni sabías qué cosa es la miel.

Quizás entiendas
Lo que quería decirte entonces
Quizás algún día te des cuenta
De que no hay miel sin prados
Y tal vez entonces
Volveré de nuevo
Llovería nuevamente
Fuera de la ventana
Y entonces tal vez las abejas
llevarán de nuevo
Miel de oro para tí y para mí.

Escultura de Vytautas Kernagis, autor Roman Quint, en Nida (Fuente externa)

Letra original en lituano

Išeinu, palieku tave, nepyk
Išeinu, palieku tave, atleisk

Nes nežinojau,
kad tu nežinai, kas tai sniegas
Nežinai, kas tai lietus
Nes nežinojau,
kad tu nežinai, kas tai pievos
Nežinai, kas tai bičių medus
Norėjau atnešti Tau
Iš pievų,
iš pievų laukinių
bičių medaus
Bet nežinojau,
kad tu nežinai, kas tai sniegas
Nežinai, kas tai lietus
Bet nežinojau,
kad tu nežinai, kas tai pievos
Nežinai, kas tai bičių medus
Gal kada nors suprasi tu,
ką norėjau tau pasakyt tada
Gal kada nors suprasi tu,
kad be pievų nebus medaus
Ir gal tada
Vėl sugrįšiu aš
Už lango vėl lis lietus
Ir gal tada vėl bitės neš
Auksinį medų mums.

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