Parasite no solamente es el más inesperado éxito cinematográfico del año 2019 y por tanto es una película casi seguro ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. También es una deliciosa comedia negra que empuja los límites del género al convertirse también en una fina e irreverente ironía de la vida misma, que conmueve por la ternura con que su director es capaz de ofrecer una película de gran calado reflexivo.

Desde que irrumpió en el pasado Festival de Cannes, ganando contra todas las banderas, la Palma de Oro, sobre directores convencidos que lo ganarían, como Pedro Almodóvar, la película de Bong Joon-ho ha tenido un recorrido perfecto, llegando a ser la primera película de habla no inglesa en ganar el premio más importante de los que entrega el Sindicato de Actores de Estados Unidos.

En los SAG el elenco fue reconocido por encima de otros grupos de actores ampliamente establecidos en la industria, que participaron en películas como The Irishman, Once Upon A Time In… Hollywood y Bombshell.

Y para la cereza del helado: después que en los Golden Globes se alzó con la estatuilla a mejor película de habla no inglesa y fue nominada en otras dos categorías, recibió seis nominaciones a los premios Oscar, incluida mejor película.

Se trata de una obra maestra que va del azafrán al lirio en dos horas, donde dos familias se entrecruzan -en tono de humor negro primero y de terror después-, primero de manera invisible (al menos para una) y que además de enfrentar las diferencias de clases, asume varias problemáticas de la cotidianidad como problemas de la filosofía de la vida y la coexistencia en un muy precario equilibrio que, como ocurre a veces, suele romperse.

Si acaso algo innovador de esta película es que no hay malos, el malo de la película no existe, el malo como villano. No está. Punto. Ambas familias están compuestas por personas cuando menos grises. Y los pobres cometen malas acciones, deplorables, pero nadie puede decir que haya sido hecho con saña u odio de clase. Cuando más con alevosa previsión. Y los ricos son tacaños, como casi todos los ricos. Pero eso no quiere decir que sean malos.

Son memorables las secuencias de terror, con giros alucinantes. Y ese ir del humor al terror, como en un crochet muy bien tejido, es lo que logra impactar de la narrativa de Bong Joon-ho, maestro desde su primer filme Memories of murder (2003).

Parasite lleva 18 semanas en los cines de Los Angeles, y ha ganado más de 140 millones en taquilla a nivel mundial. Acaba de llegar a los cines dominicanos. Caribbean Cinemas la ha traído y al menos está en Fine Arts de Novocentro y en Downtown Center.

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