Mamón, chirimoya, da lo mismo

A la chirimoya en la parte oriental de Cuba la llamamos mamón, es decir a la fruta con semillas rodeadas de pulpa y piel bastante lisa, no como el anón ni tampoco tiene nada que ver con el mamoncillo o anoncillo, como se equivoca el Diccionario de la Real Academia en la palabra mamón al mantener actualmente el concepto del primer cronista, casi dos siglos después de aclarado por el dominicano Esteban Pichardo, y uno más, Constantino Suárez.

Quizás el significado del cronista era correcto para su tiempo, pero no para el siglo XX y menos el siglo XXI. Así lo recogió don Fernando Ortiz, afirmando que es fruta la del mamón o mamoncillo, tal como la describe Oviedo, que para comer su carnosidad hay que colocarla entera entre ambos labios, para quitarle la carnosidad con los dientes; ello hace que los labios se prolonguen hacia adelante, que estiren las bembas, en la actitud que adoptan los niños para mamar el pecho materno. Y por eso, sin duda, se llamaron mamones o mamoncillos, según clase y país.

Hoy nada que ver en Cuba. Ese es el mamoncillo o anoncillo. Pichardo en 1836, diferenciaba la chirimoya del mamón por tener la cáscara “coloraduzca” y ser algo más grande. (Annona Humboltiana). Cuando encontramos la palabra mamón en la misma edición de su diccionario plantea que es de figura acorazonada, cáscara amarillosa oscura o bruna en su madurez y lisa, en lo cual se distingue mayormente del anón; aunque por dentro es parecida, azucarada y con distinto sabor, (annona glabra).

Suárez lo explica mejor. Lo que nos extraña que junto a Marinello, no recogieran el concepto de chirimoya en sus respectivos Vocabularios.

Sin embargo, el DRAE nos plantea que la palabra chirimoya es el fruto del chirimoyo, que es una baya verdosa con pepitas negras y pulpa blanca de sabor muy agradable. Su tamaño varía desde el de una manzana al de un melón y en Cuba, de forma coloquial es la cabeza de una persona.

Esperamos tu comentario

Deja un comentario