La Crew Dragon se acerca a la EEI (Foto: NASA)

Nueve años después Estados Unidos ha vuelto a ser independiente de Roskosmos para llegar a la Estación espacial Internacional. La Crew Dragon de SpaceX se ha acoplado con éxito a la Estación Espacial Internacional unas 19 horas después de despegar desde Cabo Cañaveral el pasado sábado. Fue la primera misión tripulada usando un vehículo espacial hecho por una empresa privada que lo consigue. También es la primera misión estadounidense que se acopla a la Estación Espacial Internacional desde que se canceló el programa del Transbordador Espacial.

Los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley permanecerán de dos a cuatro meses en la estación. El domingo se reencontraron con Chris Cassidy (estadounidense) y los cosmonautas rusos Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner. Hurley estuvo en el último viaje realizado hace nueve años desde cabo cañaveral y ahora repite en la EEI.

Tanto él como Behnken son pilotos de pruebas y parte del motivo por el que fueron elegidos es probar los controles manuales de maniobra de la Crew Dragon en caso que sea necesario usarlos.

La Crew Dragon ha cumplido la mitad de su reto, llegar hasta la EEI. El reto estará completado cuando una tripulación regrese con sus miembros sanos, salvos y sin complicaciones. Para ello, la nave cuenta con escudos términos que protegen a los astronautas durante la vuelta a la Tierra del calor provocado por la velocidad y el roce con la atmósfera terrestre.

Los astronautas en el iterior de la nueva nave (Fotos: NASA)

No obstante, SpaceX y la NASA ya se preparan para otras misiones espaciales a partir de finales de agosto o inicios de septiembre.

La misión USCV-1 (US Crew Vehicle-1), también conocida como Crew-1 llevará a cuatro personas a la Estación Espacial Internacional: los estadounidenses Michael S Hopkins, Victor J Glover, Shannon Walker y el japonés Soichi Noguchi.

Pero SpaceX no es, la única empresa privada involucrada en el esfuerzo por hacer vuelos privados. Boeing, iba delante pero en diciembre un problema con el software de sus naves les ha impedido desde entonces, que se sepa, reincorporarse a esta carrera espacial.

Lo principal es que con este tipo de vuelos comerciales se abaratan costo por parte de la NASA y el gobierno norteamericano. Para que se tenga una idea, antes, la agencia estadounidense tenía que diseñar y construir de cero sus naves, ahora la NASA es un cliente más. Pagan por un asiento, como si fuese un viaje en avión. Se supone que todo tipo de ocurrencias de la NASA serán complacidas. El servicio lo brinda una empresa privada.

Otra empresa, Blue Origin, compañía de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, también esta en la carrera por ganar vuelos, mientras que SpaceX recibe también fondos para seguir desarrollando Starship, la nave con la que quiere llevar humanos a la Luna aproximadamente en el 2024 y luego en el 2030 a Marte.

Pero más allá del abaratamiento de los costes, esto también implica que las empresas como SpaceX, Blue Origin o Boeing, pueden ser contratadas por otras agencias o países para que lancen sus satélites. El mercado no es solo a nivel estadounidense sino que estos vuelos se pueden comprar a nivel internacional.

Esto abre una posibilidad muy interesante para el turismo espacial. Hasta ahora, solo las personas mejor preparadas podían ir al espacio, a la EEI. Sin embargo, la entrada de las empresas privadas en este mercado puede suponer que se vendan billetes a personas que tengan el dinero suficiente para pagar el asiento.

La empresa SpaceX del magnate Elon Musk, además de lanzar satélites y su red Starlink, ya tiene contratados dos viajes, anunció la empresa, a través del New York Times. Se baraja la opción de enviar a Tom Cruise a grabar alguna película a la estación espacial, según apuntan desde The Verge. Si hay dinero suficiente para pagarse un pasaje, probablemente no haya restricciones.

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