Frogerparker en Oslo (Fotos servidas por la autora)

En el corazón de Oslo, verde y tranquilo, está el parque de Frogner, un oasis de árboles centenarios y lagos de lotos frondosos. En el centro se yergue el Monolito, la obra cumbre del escultor Gustav Vigeland; una imponente torre humana compuesta por 121 figuras de piedra. El parque contiene otras 214 esculturas, y es uno de los más bellos de Europa.

Otras esculturas de Vigeland

Sin embargo, no es el Monolito su mayor atracción. La figura más popular es «Sinnataggen»: un niñito desnudo, representado en plena rabieta. Tan solicitada, que hace apenas una semana han intentado robarla, otra vez; la quinta, a saber.

El croquis de Sinnataggen fue hecho por el escultor en Londres, en 1901, y quedó olvidado en una gaveta junto a varias proyectos de Vigeland, que era particularmente prolífero en ideas.

Sinnataggen

Más difícil fue relegar al olvido a sus dos hijos y a su esposa, la modelo Laura Mathilde Andersen, a quien Vigeland había conocido en 1894. En 1901 la relación se había deteriorado bastante, y Vigeland había encontrado a Inga Sivertsen, una beldad adolescente con la que quería pasar el resto de sus días.

A pesar de que Vigeland había desposado a Laura Mathilde sólo por estar embarazada, y de existir un contrato que establecía que se divorciarían cuando el escultor lo decidiera, ella se aferró al matrimonio, demorando el proceso durante años. Esto amargó profundamente a Vigeland; su resentimiento fue tal que en 1906, cuando la separación fue por fin un hecho, cortó todo vínculo con su familia, incluidos sus hijos.

Algunas de las esculturas
Una de las fuentes

Después del divorcio Vigeland rehizo su vida al lado de Inga, y retomó el trabajo en su atelier de Hammersborg, en Oslo. En 1907 el Ayuntamiento de la ciudad le pidió una escultura para adornar el frente del Parlamento, y Vigeland prometió una fuente. Mientas trabajaba en ello comenzó a esculpir otra obra: la primer version de Sinnataggen, un infante de pelo ondulado, rostro deformado por la cólera y una posición tan sugestiva que casi se le escucha gritar.

 

En esta escultura volcó el escultor toda la amargura que los años al lado de su familia le habían causado: no hay ternura en ella, ni reivindicación alguna de la paternidad, sólo la realidad descarnada de la crianza, su parte menos amable.

En 1928, como parte de un conjunto de obras para el parque de Frogner, que al final sería conocido como el parque Vigeland por funcionar como museo natural, el escultor recreó Sinnataggen, en bronce y con una estatura de 128 centímetros. Esta es la escultura que hasta hace una semana fue una las mayores atracciones de Oslo.

Gustav Vigeland murió en 1943, cubierto de merecida fama y sin haberse reconciliado con sus hijos.

Nota al margen: (Gustav Vigeland, 1869-1943 Escultor y ebanista noruego, famoso por su conjunto escultórico en el parque de Frogner, de Oslo)

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