El presidente deu Portugal Marcelo rebelo de Souza haciendo. u coleta chilin (Fuente externa)

Entre las cosas buenas que va dejando la pandemia, si es que hay alguna, están los buenos ejemplos que van dando algunos mandatarios del mundo, que sirven de ejemplo de sencillez.

El presidente de Portugal se llama Marcelo Rebelo de Sousa, tiene 71 años de edad, y acaba de aparecer en una foto que le ha dado la vuelta al mundo.

Se trata de una personalidad de gran prestigio moral en su país. Es abogado, periodista, político y sobre todo ha sido profesor universitario y académico.

Durante su carrera ha sido ponente de la Constitución de 1976, cofundador junto a Francisco Sá Carneiro del Partido Social Demócrata (PSD) del que fue presidente entre 1996 y 1999. Ha sido ministro de Asuntos Parlamentarios en el gobierno de Francisco Pinto Balsemão.

Ha dirigido asociaciones, dirigió el semanario Expresso y ha ejercido el análisis político en las principales emisoras radiales y canales de televisión lusas durante medio siglo.

Aunque si de algo se enorgullece El Profesor -como se le bautizó durante su larga etapa de comentarista radiofónico y televisivo-, es de haber llegado a la jefatura del Estado luso el 9 de marzo de 2016, o sea a la Presidencia de la República, sin el apoyo de ningún partido, pagándose él mismo la campaña, gracias a su propia trayectoria, a sus méritos y a su gran popularidad, ya que no había quien no lo conociera de norte a sur de Portugal cuando se presentó a la candidatura.

Ganó en la primera vuelta, por mayoría absoluta.

La foto que le da la vuelta al mundo muestra al Presidente Marcelo Rebelo de Souza por estos días, en bermudas azules, con su mascarilla, haciendo la cola, como cualquier viandante, en el supermercado. Sin escolta. Sin sirenas. Sencillito así. Convencido de que lo hace bien y que cuando salga de ahí nadie lo va a señalar.

En Nueva Zelanda

Jacinta Ardern y su pareja Clarke Gayford (Fuente externa)


El miércoles de la semana anterior quien dio el ejemplo fue la primera ministra de Nueva Zelanda Jacinta Ardern, quien salió con su pareja a una cafetería de la capital Wellington, pero fueron rechazados porque el aforo ya estaba completo bajo las estrictas reglas de distancia física entre las personas, que ella misma había decretado un día antes, donde dictaba una relajación de las normas contra la pandemia, consideradas como unas de las más estrictas del mundo, y permitió la apertura de cines, cafés y comercios.

Según medios locales, unos minutos después de haber sido rechazados, un empleado de la cafetería corrió tras la pareja para decirles que había quedado una mesa libre.

La pareja de la primera ministra, Clarke Gayford, fue quien asumió la culpa de lo sucedido: «No me organicé y no reservé en ningún sitio. Fue muy amable por su parte buscarnos por la calle cuando un sitio se quedó libre. Un servicio sobresaliente», afirmó. Un portavoz de Ardern señaló que la primera ministra es igual que cualquier ciudadano neozelandés.

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