El presidente Barack Obama le impuso la National Humanities Metal en el 2010 a Philip Roth (Fuente Externa)

SD. El escritor estadounidense Philip Roth, ganador del Premio Príncipe de Asturias, ha muerto el martes 22 de mayo, a los 85 años de edad, producto de una insuficiencia cardiaca, según agencias de noticias. Se despide de la vida después de una existencia literaria llena de señales autobiográficas en las páginas de sus libros, con acentos neuróticos y puntos y seguidos que señalaban la vida de los judíos americanos de hoy día en Estados Unidos.

Pastoral Americana fue sin dudas su gran novela, llevada hace poco al cine, con el que se alzó en 1998 con el Pulitzer y que lo convirtió desde entonces en un candidato al premio Nobel, para el cual sonó incluso el año pasado.

Creó un personaje que lo visitó en varias ocasiones en sus novelas: Nathan Zuckerman. Entre ellas El escritor fantasma, Zuckerman Unbound, La lección de anatomía, La orgía de Praga, The Counterlife, su muy aplaudida Pastoral Americana, Me casé con un comunista, La mancha humana, y Exit Ghost.

Sus propias crisis existenciales fueron pasto de su llama creadora, donde no faltó nunca un toque de humor. Con más de 30 libros, entre ellos Patrimonio, donde abordó su relación con su padre; había arrancado en 1959 con Goodbye, Columbus; y en el 2000 ganó con La mancha humana el premio WH Smith en Londres.

Roth, nieto de cuatro abuelos judíos, que emigraron a Estados Unidos, no solo fue ganador de casi todos los premios de prestigio en Estados Unidos, sino que su vida amorosa podría servir de guion para un filme, pues era la vida romántica, borrascosa hasta los puntos y aparte, de cada una de sus relaciones, que comenzaron a marcar su existencia con una camarera llamada Margaret Martinson, que le puso Dios (aunque él era ateo y odiaba las religiones) en el camino para escribir Cuando ella era buena (1967).

Por su corazón pasaron (y por las páginas rosas de las revistas y periódicos) mujeres como Jackie Kennedy, con quien tuvo citas; pero sobre todo fue la actriz inglesa Claire Bloom, protagonista junto a Chaplin de Candilejas quien se considera la mujer de su vida. Siempre los detalles de los rompimientos de sus relaciones fueron públicos y escandalosos, y marcaron su vida y su literatura.

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