El director británico Alan Parker ha muerto a los 76 años, según ha informado este viernes una portavoz del cineasta británico, cuyas películas ganaron 10 premios Oscar.

La fuente explicó en un comunicado enviado en nombre de la familia que Parker falleció tras una «larga enfermedad», eufemismo con el que se denomina algún cáncer casi siempre. Sus películas ganaron también 19 premios BAFTA y 10 Globos de Oro. Al conocerse la noticia, varios compañeros destacaron el talento del realizador, nacido en Londres en 1944, que también fue productor de cine, escritor y actor.

«Alan Parker hizo muchísimas películas maravillosas. Simplemente maravillosas. Un talento enorme. Como estoy seguro que sabéis. DEP Alan Parker», escribió en sus redes sociales el director Nick Murphy. Mientras que David Puttnam confesó que «siempre» estuvo «impresionado» por el «talento» de Parker, su «amigo más antiguo y cercano». «Mi vida y la de muchos otros que lo quisieron nunca será igual», agregó Puttnam, productor de algunas de sus mejores películas, como Melody (1971) o El expreso de medianoche (1978), por la que fue candidato a un Oscar como mejor director en 1978, nominación que repitió con Arde Missisipi (1988), estatuilla que nunca llegó a ganar.

El subgénero del cine musical tuvo en Alan Parker a uno de sus mas memorables creadores con títulos aclamados como Bugsy Malone (1976), Fama (1980), Pink Floyd The Wall (1982), The Commitments (1991) y Evita (1996), que fue su película más controversial.

El director de cine argentino Pino Solanas, quien acaba de ser acreditado embajador de Argentina ante la Unesco, en París, expresó sobre «Evita»: “Es una opereta que va más allá del pobre Parker, que es un inglés con visión inglesa de Argentina. Es un manoseo de la historia. Es un director talentoso, está bien creada y es técnicamente excelente, pero no es una gran película”.

Alan Parker fue el autor de la aclamada novela Puddles in the lane (Charcos en el camino), donde reflejó la realidad de la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de un niño.

En el 2002 fue nombrado comendador de la Orden del Imperio Británico. Su última película La vida de David Gale, con Kevin Spacey y Kate Winslet, trató de criticar la pena capital, y fue un fracaso en taquilla.

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