La voz de Leybi Di es -según las grabaciones- segura, con facilidad para conectar, bien colocada en las notas medias y con natural tendencia a las graves. Su timbre es de mediano espesor, con cierto brillo en las vocales, sin vibrato, pero cálida. Es capaz de moverse de la bachata al llamado merengue urbano, y eso es algo muy a favor, porque en la versatilidad hay doble filo, pero si eres buen intérprete lo logras, como por ejemplo Johnny Ventura, Maridalia, Juan Luis, El Torito, por solo citar cuatro.

Hay un tema de su repertorio cuyo titulo probablemente sea Saperoco en featuring con un urbano. El tema es pegajoso, bueno para arrancar, a pesar de que usa ciertos efectos del Melodyne que distorsionan su voz, innecesariamente.

Me gustaría mucho verla cantando en vivo. Que ahí es donde se prueban los verdaderos artistas, no en los doblajes.

Su nombre real es Leybidania Ortega, pero funciona su Leybi D, la Original. Ni corta ni perezosa se fue a Estados Unidos a promocionarse entre el público dominicano de la diáspora. Luego de agotar su gira promocional por los Estados Unidos donde promovió su tema Dile dile, regresó al país cargada de emociones con respecto a su carrera como bachatera que recién comienza, según una nota de prensa.

Además del lanzamiento del nuevo video musical la cantante anunció la grabación de una colaboración con El Gringo de la Bachata.

En la plataforma de Youtube se encuentra su participación en un programa de tv llamado Mi Mañana TV. En su escenario interpretó, entre otros Dile, dile, música y arreglo de Dioni Fernández, composición de Susana Silfa.

Hay que apoyar a las mujeres jóvenes que se deciden a cantar algo que no es música urbana, donde algunas han llegado a extremos nunca antes visto de desfachatez, grosería, falta de escrúpulos, insolencia e impertinente capacidad para generar una pizca de arte. Por eso a casos como el de Leybi Di, hay que no solo apoyarlo, sino destacar sus elementos positivos.

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