El destacado director italiano Marco Bellocchio, segundo invitado de honor, recibirá el 17 de julio, en la Ceremonia de Clausura del Festival de Cine de Cannes, una Palma de Oro honorífica, según dieron a conocer los organizadores del festival cinematográfico de mayor prestigio del mundo.

Bellocchio, quien rompió con los códigos del neorrealismo en 1965 con su ópera prima Los puños en el bolsillo (I pugna in tasca), es considerado un revolucionario del cine, un permanente indagador de fronteras. Así lo vio Pierre Lescuore, presidente del festival, al argumentar: “Marco siempre ha cuestionado las instituciones, las tradiciones, la historia íntima y colectiva. Con cada una de sus obras, casi involuntariamente, al menos de la forma más natural posible, revoluciona el orden establecido».

«Después de sus amigos directores Bernardo Bertolucci, Manoel de Oliveira o Agnès Varda, estamos orgullosos de reconocer a uno de los grandes maestros del cine italiano después de 56 años de una obra fascinante. Es cineasta, autor y poeta. Honrarlo con una Palma de Honor resuena con lo obvio para todos los que admiran su trabajo», dijo por su parte Thierry Fremaux, delegado general del festival.

De hecho, a los 82 años de edad, Bellocchio quien es uno de los documentalistas más destacados que hay, estrenará mundialmente en la Sección Oficial de Cannes su nueva obra «Marx puede esperar» (Marx può aspettare). Un título que intriga del cual se ha dicho que es un documental profundamente conmovedor y dolorosamente personal con el que intenta comprender retrospectivamente, con humildad, el suicidio de su hermano gemelo a los 29 años de edad. Una tragedia familiar de la que nunca se recuperó del todo, fuente tanto de culpa como de inspiración. Mezclando extractos de sus películas y conversaciones con sus familiares, Bellocchio investiga esta figura fraterna que no deja de acechar su filmografía.

Con Salto al vacío (Salto nel vuoto), le valió al recordado Michel Piccoli y Anouk Aimée los premios de interpretación en Cannes en 1980. Posteriormente fue seleccionado regularmente en el Concurso de Cannes, con Enrique IV, el rey loco en 1984, El príncipe de Hombourg en 1997, La enfermera en 1999, La sonrisa de mi madre en 2002, Vencer en 2009 y El traidor en 2019.

Por otra parte ha sido un casi permanente reconocido en Venecia, donde, sin embargo, no ha alcanzado el León de Oro, lo cual probablemente tenga que ver con que  en el mundo cinematográfico rara vez un documental sea reconocido con un máximo galardón frente a una película de ficción. Así que distintos reconocimientos ha recibido en el festival más antiguo del mundo, al cual Cannes sentó frente, con obras como la ya mencionada ópera prima Las manos en los bolsillos; China está cerca; Buenos días, noche; Bella adormentatta; Sangre de mi sangre y El traidor, además de premios a toda su obra.

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