Lorenny Solano entrando a la pasarela

Lorenny Solano recuerda un viejo cuento de Onelio Jorge Cardoso, basado en un cuento popular rumano. Nunca se va a morir porque siempre está trabajando. Ese es su estado natural. Creando todo el tiempo. Imparable. Y así será siempre.

La tarde del viernes Día de la Virgen de las Mercedes, debutó en RD Fashion Week con un pase de modas de una línea de ropa femenina interpretada por Julia Ortega.

Su incursión en el mundo del corte, de las telas, de las costuras, del envés y del hilo, no es de ahora. Lleva tanto como algo más de una década, cuando ideó el taller donde da trabajo junto a su mamá a un grupo de mujeres de la comunidad, a las cuales han ido dando empleo y perfeccionamiento, posibilidades y crecimiento personal.

La colección presentada por Lorenny no llegó sola. Arrancó con un video que cancaneó más de una vez para comenzar, prendiendo los nervios seguramente de alguien que es pura perfección. Allí Lorenny Solano hablaba del por qué Imparable. Luego se refirió a su Red de Donantes de Sangre y luego a la necesidad de adoptar perritos abandonados o en la calle por una causa u otra.

Esto dio pie para la presentación mas original de las tres vistas. Las modelos desfilaron cada una con un perro en sus manos. Unos de miniatura, recién nacidos, otros grandes, cargados o llevados con collar.

Piezas sobre todo elegantes, frescas, cómodas, donde sobresalieron los conjuntos con chaquetas, todas con terminado adecuado, en general propuestas de buen gusto para la mujer contemporánea, sin desdorar en búsqueda y tradiciones. En telas como el georgette, el algodón la siberlina, el lino o el crepé.

Abrió con piezas de  paleta color crema; primero una pieza doble, con ajustes en la cintura y ancho el faldón, arriba escueta con los hombros al aire y zapatos altos en el mismo color; siguió con una doble pieza a cuadros de falda con cinturón ancho y la escueta pieza superior en dos tiras al hombro, sobre zapatos negros.

Dos de las mejores piezas

Después un pantalón suelto, de ancha entrega y arriba una blusa de cuello halter con media espalda fuera. Un vestido blanco terminado en picos no muy pronunciados, y los hombros afuera.

De las mejores, una pieza negra con V doble (escote profundo y espaldas pronunciadas hasta la cintura);  continuó con doble pieza, pero arriba una blusa blanca de pliegues sueltos desde las hombreras y siempre tacones altos, medio anchos, de igual color al pantalón igualmente anchos.

De pronto salir del crema, hace que estalle el color mamey de un vestido cruzado arriba de cuello escueto, mangas anchas hasta el codo, cintura que dice aqui estoy yo, atada con cinturón que cae, y tela que se abre a las piernas hasta chocar con una pieza semi plisada. Y tras el mamey el amarillo mostaza en un jompsuit sin mangas, de doble cuello efervescente.

Una de las piezas en rojo

Una pieza de lino negro enterizo, con bolsillos grandes a la cadera y cinturón, ambos de doble costura a pespunte en blanco, y arriba cuello ancho, con dos líneas que descienden desde el pecho a las extremidades siempre en pespunte blanco.

El rojo también en jumpsuit de pantalón entallado y corto, parte superior con mangas al codo y cuello ancho. Vuelve el negro en otro jumpsuit de mangas semi anchas y cinturón. Seguido de dos de las mejores piezas de la colección: una constituida en una chaqueta de triple botonadura en las mangas largas y doble botón al frente con cuello pronunciado y pantalón más bien estrecho. Otra un vestido chaqueta en salmón, fabricado en siberlina.

Ya entregados al rojo otro conjunto de pantalón semi entallado y una chaqueta corta de mangas largas con cintura que se abre y cuello de solapas muy anchas.

Lorenny junto a Julia ortega, saludan al final

Volvió el color blanco en otro jumpsuit, que parece lleno de alas o de cascadas de tela suave que baja desde los hombros y el cuello ancho al cinturón, hacia las campanas. Continúa otra pieza de muy fina terminación, en igual tela, pero negro y en igual intensidad e intención, pero con la espalda en v pronunciada y las campanas bien anchas.

Irrumpe entonces el amarillo pollito en una pieza de chaqueta larga y pantalón ancho, de no tanta suerte como los dos anteriores. Negra otra pieza de la colección combinada con puros blancos y cuello doble blanco, grande, al frente en la chaqueta.

Un vestido rojo a las rodillas y abierto al muslo, lleva mangas anchas y cuello breve. Atrás las mangas son más anchas aún y el vestido entallado, combinado con zapatos color crema.

Más para la tarde que otra cosa, una saya negra ancha abajo, creo que en sibelina y una blusa blanca entallada y corta, con espalda semi descubierta de arandelas al cuello en v por delante.

Ya en las postrimerías, otra combinación de saya blanca de abierto pronunciado adelante y de blusa en transparencias doradas, que fue aplaudido y dio paso a un vestido largo de noche, en verde botella, tallado al cuerpo en cuello en v con solapas como alas de mariposa. Las mangas anchas, de puños anchos, cayendo libres como sabe caer el satín.

Esa tarde se presentaron otras tres propuestas, pero sin dudas esta fue la de mejor terminación, la más comercial y la de mejor planteamiento visual como espectáculo.

¿Y Lorenny? Imparable.

 

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