Vacuna en experimentación (Fuente externa)

La carrera contra reloj por una vacuna contra el coronavirus no es solo porque sea la protección más segura contra el Covid 19. Es porque obviamente replegará las arcas de las firmas que las produzcan. Estados Unidos ha propuesto comprar toda la producción de la vacuna que primero salga. Y esa parece ser la que ha venido probando la Universidad de Oxford, la más cercana a la meta entre todas las que se están desarrollando a nivel mundial.

También los miembros de un amplio equipo de científicos chinos de la zona de Wuhan de diferentes instituciones de salud e investigaciones, han publicado en la revista The Lancet el mismo día 20 un artículo científico que habla de sus propios v¡avances titulado «Inmunogenicidad y seguridad de una vacuna COVID-19 vectorizada con adenovirus recombinante tipo 5 en adultos sanos de 18 años de edad o mayores: un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, fase 2».

Los chinos informaron sus resultados de esta manera: «Se reclutaron y seleccionaron 603 voluntarios para su elegibilidad entre el 11 y el 16 de abril de 2020. Se excluyeron 95 individuos, dejando a 508 participantes elegibles que aceptaron participar en el ensayo y fueron asignados aleatoriamente a la vacuna o al placebo. 253 fueron asignados aleatoriamente al grupo de dosis de 1 × 1011 partículas virales, 129 al grupo de dosis de 5 × 1010 partículas virales y 126 al grupo de placebo. La edad promedio de los participantes fue de 39.7 años (DE 12.5; rango 18-83), con 309 (61%) individuos de 18-44 años, 134 (26%) de 45-54 años y 65 ( 13%) de 55 años o más en todos los grupos de tratamiento (tabla 1). 254 (50%) de 508 participantes eran hombres. Las características basales de los participantes y los títulos de anticuerpos neutralizantes de Ad5 preexistentes fueron muy similares en todos los grupos de tratamiento. Entre los 508 participantes, 266 (52%) tenían una inmunidad preexistente alta y 242 (48%) tenían una inmunidad preexistente baja al vector Ad5. Todos los participantes completaron las visitas de seguridad programadas dentro de los 28 días posteriores a la vacunación y dieron muestras de sangre en los días 0 y 28, y 506 (> 99%) donaron muestras de sangre en el día 14».

Por su parte, el equipo de investigación de la Universidad de Oxford al frente de la creación de esta vacuna, han publicado el lunes los resultados de su segunda fase de ensayos clínicos con humanos, en la que han demostrado que su vacuna experimental es segura y tiene capacidad de generar anticuerpos tras probarla en 1.077 voluntarios.

“(La vacuna) ha sido segura, bien tolerada e inmunogénica, mientras que la reactogenicidad -los efectos secundarios adversos- se han reducido con paracetamol”, explican los científicos de Oxford en el artículo publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet.

Estos resultados respaldan el inicio de la tercera y última fase de los ensayos clínicos con humanos, que de hecho ya han comenzado y que están suponiendo la inoculación de la vacuna experimental a grupos de miles de personas.

Universidad de Oxford

La destacada académica Sarah Gilbert, que dirige la investigación, se muestra precavida y afirma que «todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que podamos confirmar si nuestra vacuna ayudará a manejar la pandemia de Covid-19, pero estos primeros resultados son prometedores».

Estos ensayos están teniendo lugar en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, países, estos dos últimos, donde el mayor número de contagios permite poner a prueba la efectividad de la vacuna con mayor facilidad.

El equipo científico de la Universidad de Oxford, cuyo resultado de investigación será producido y distribuido por la farmacéutica anglo-suiza Astrazeneca, insiste en que la vacuna podría estar totalmente desarrollada en el mes de octubre.

Hasta el momento se han llevado a cabo ensayos con 1.077 personas y han mostrado que la vacuna produce anticuerpos y glóbulos blancos que pueden combatir el coronavirus al menos hasta el día 56 del ensayo en curso. Los resultados podrían ser mayores con una segunda dosis, según un comunicado de la propia revista.

Aún es muy pronto para saber si esta vacuna ofrecerá la suficiente protección, por lo que se están produciendo ensayos más grandes. Reino Unido ha ordenado la creación de 100 millones de dosis.

La vacuna lleva como nombre ChAdOx1 nCoV-19, está siendo desarrollada a una velocidad mayor a lo habitual. Parte de un virus modificado genéticamente que, en origen, causa un resfriado común en chimpancés. La modificación, además de impedir que sea infeccioso para las personas, ha hecho que se parezca más al coronavirus.

Para acercarlo al coronavirus, los investigadores transfirieron las instrucciones genéticas que el coronavirus tiene para las llamadas «proteínas espiga», parte fundamental que usa para invadir las células humanas e infectarlas. De esta forma el virus utilizado en la vacuna se parece al coronavirus para que el sistema inmunitario pueda localizarlo y atacarlo.

Aunque una parte importante de la lucha contra el coronavirus se ha centrado en los anticuerpos, estos solo son una parte del sistema inmune. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario que se adhieren a la superficie de los virus para desactivarlos.

Las células T, un tipo de glóbulo blanco, son también fundamentales. Coordinan el sistema inmunitario, detectan qué células del cuerpo han sido infectadas y las destruyen. Por lo tanto, las vacunas efectivas generan una respuesta de anticuerpos y de células T.

Según destacan los investigadores, el nivel de células T llegó a su punto máximo 14 días después de la vacunación y el de anticuerpos, 28 días después. Sin embargo, el estudio aún no permite conocer cómo se produciría la inmunidad a largo plazo.

No tiene efectos secundarios peligrosos, pero al menos el 70% de las personas que participaron en el ensayo tuvieron fiebre y dolor de cabeza, aunque para los investigadores esto se solucionaría con paracetamol.

Por su parte los laboratorios chinos Sinopharm llevarán a cabo la fase III en Emiratos Árabes Unidos, y los laboratorios Sinovac Biotech Ltd, con base también en China, acudirán también a Brasil.

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