Dante Cucurullo batuta en mano dirigiendo la OSTN y el coro de niños (Foto. Alfonso Quiñones)

Ojalá que no haya que esperar 41 años otra vez, para continuar esta Antología de la Música Popular Dominicana. Danny Rivera y Maridalia Hernández estuvieron en la primera -ella como corista-, y en la segunda. Para que fuese posible, mucha gente sensible metió mano.

Antes del inicio, se escucha el himno nacional, como ocurre en todos los eventos producidos por el veterano productor César Suárez Pizano.

Hay un pais en el mundo… comienza a decir un locutor, recordando los versos de Pedro Mir. Finalmente, el maestro Dante Cucurullo marca al frente de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional y el Coro Nacional de Niños Dominicanos que dirige Angel Herdz. Se escuchan los compases de Una Primavera Para El Mundo, con texto de René del Risco y música de Rafael Solano, creada, según ha dicho el maestro Solano a Nota Clave, entre 1970 y 1971. O sea hace 50 años. Salen a escena los dueños de las tres voces encargadas de realizar este viaje por la geografia musical de República Dominicana: Danny, Cecilia y Maridalia, quien da la bienvenida. «Victor Victor hubiese cumplido años hoy. Hoy también recordaremos a nuestro querido amigo y musico Jorge Taveras uno de los mejores músicos dominicanos».

Cecilia comenzó su actuación cantando Evocación

Dante Cucurullo dirige la orquesta sinfonica del Teatro Nacional. Cecilia canta Evocación, de Papa Molina. Tras los aplausos siguió Tú me haces falta, de Armando Cabrera, internacionalmente conocida en la voz de José Feliciano. El tema mereció haber sido ensayado más veces. De Meche Diez Planas hizo Poquito a Poquito. Un tema excelentemente realizado con picardía y soltura. Arenas del desierto, de Hector Cabral y musicalización del también dominicano Rafael Colón. Entonces le tocó el turno a un medley de bolemengues como Enamorado de Babín Echavarria y En Donde estás, de Luis Senior. En el primero estuvo mas suelta, bailando y desplazándose por el escenario. De Leonor Porcella de Brea, expuso Donde podré gritarte que te quiero, para la cual pidió permiso a su comadre allá arriba, Sonia Silvestre. Aqui unos melismas de pronto en los que apoyarse y bueno el sostenido final.

De Nelson Lugo, Matices le permitió un poco mas de comodidad y pudo dibujarla bien.
Muy bien su versión de Carita de ángel del inolvidable Rafael Bullumba Landestoy cuya canción «es chiquitita, es cercana, es tierna», así la definió Cecilia.

Y, de Mario dé Jesús, con un hermoso arreglo donde brilló por momentos la guitarra eléctrica de Federico Méndez -un recurso que debió ser más usado en los arreglos-. Cecilia supo cerrar correctamente. En Estás donde no estás, de Anthony Rios, se sintió como si hubiese sido escrita para ella. También cantó Amorosa de Salvador Sturla, fallecido en 1975, nacido en el siglo XIX y que según contó Cecilia cuando era joven Sturla era presencia fija en cuanta fiesta o cumpleaños había, fuese como cantante, compositor o fotógrafo.

Siendo justos habría que decir que este segmento de Cecilia fue el más difícil, porque muchas de estas canciones no son populares, y otras que si lo son han sido escuchadas en grabaciones de súperestrellas como José Feliciano o Luis Miguel, mientras los otros dos intérpretes cantaron algunos temas hechos populares en sus propias voces; y eso es un reto.

René Geraldino puso punto alegre con canciones de La Familia André

Tras su salida de escena, con los aplausos, salió a proscenio René Geraldino, uno de los coristas, quien regaló un homenaje a Fernando Echavarria y Familia André con un medley que incluyó Donde que é’, Pato robao y luego De oro.

Pena por ti, de Luis Segura en la voz de Danny Rivera tomó otra memorable dimensión. Una canción es un suspiro es una pena. Una patria, decía Danny. Por eso cantó Quisqueya de Antonio Mesa, con el coro de niños, momento muy emotivo. La ciudad en mi corazón de Rene del Risco y Jorge Taveras.

Llegó el momento de un bolero de todos los tiempos: Aunque me cueste la vida, de Luis Kalaff. Comenzó imitando a Daniel y luego la hizo suya.

En Paraiso soñado, de Manuel Sanchez Acosta dijo que las canciones le atraparon primero, antes de llegar a República Dominicana.

Medley de criollas que incluyó Lucía, de Joaquin Balguer y Maximiliano Machilo Guzman; cuando la anunció alguien gritó que fue un asesino, y Danny Rivera que tiene mas pista que un avión supo lidiar magistralmente con el momento. Ninfa del alma de Bienvenido Brenz y Como me besabas tú, de Jose Dolores Cerón. «Una canción puede ser también el perdón», expresó de refilón para el que gritó «Asesino» a Balaguer. Entonces propuso Romance bajo la luna, de Moisés Zouain.

Mi debilidad, Aníbal de Peña. «Cuando la escuché por primera vez dije quiero cantar esa canción», aseguró Rivera, dueño absoluto de su voz intacta.

En No me conoces, de Fernando Arias, el arreglo que comenzó solo con cuerdas y tras la primera estrofa arribó la percusión, incluyó un bonito solo de trompeta de Ernesto Núñez y un baile en escena de Danny Rivera, quien cantó además Todo me gusta de ti (Sortilegio), de Cuto Estevez.

Danny Rivera una voz excepcional

De su amigo y compadre Cheo Zorrilla entregó un medley con los éxitos Al nacer cada enero, Con las alas rotas y Los hombres de rabia lloran. Salió de escena y todo se fue a oscuras para dar paso a un segmento en homenaje a Luis Alberti con cuerpo de baile y Compadre Pedro Juan. Esto dio paso al adolescente acordeonista de 13 años Jacob Henriquez, sobrino de Tatico Henriquez en Los algodones y Caña Brava de Ñico Lora.

Maridalia Hernandez entró a escena a cantar Suntan (Caribe) de Michel Camilo. Siguió con Devórame otra vez de Palmer Hernandez. Salió de escena a tomar agua y regresó tras un sorbo. De Luis Hernandez interpretó Déjame quererte, acompañada de un piano. Y de Juan Luis Guerra, Cuando te beso, de las mejores interpretaciones de la noche, ovacionada.

La mesita de noche, de Victor Victor, en una muy bien diseñada versión fue incluida en el segmento de Maridalia, así como Marola y Yo quiero andar, de Luis Diaz. Siguió con Derroche de Manuel Jiménez. Se quedó corta de improvisaciones y terminó bruscamente. Para quererte de Jose Antonio Rodríguez y Manuel Tejeda demostró una vez más su calidad vocal. Continuó con Ojalá que llueva café, Juan Luis Guerra, en un tempo rapidisimo.

Cambio de ambiente.

Carlos Luis, Cecilia, Danny y Maridalia

Entran cuatro banquetas y luego Cecilia, Danny y Maridalia quienes invitan a escena al guitarrista y cantautor Carlos Luis. Se dan la Serenata en la de Ramón Emilio Jimenez y musica de Julio Alberto Hernandez el abuelo de Maridalia. Luego Guitarra bohemia y Dilema ambos temas de Juan Lockward. Realmente la voz principal en Guitarra bohemia era Danny y la segunda era Cecilia. En Dilema Cecilia.

De Piro Valerio Los mangos, mas conocida como Menéame los mangos, que fue el primer disco de El Gran Combo cantando Joseito Mateo. Y del mismo autor La mulatona; agregando Juliana qué mala eres, de Cuco Valoy.

Tres veces te amo, de Manuel Troncoso dio pie para que recordaran las tertulias que hacia en su casa y su generosidad para propiciar encuentros con artistas internacionales que venían a buscar canciones. En la oscuridad, de Rafael Solano. Cecilia honesta como siempre reconoció que solo habían pasado esa canción una vez y pidió al maestro Cucurullo comenzar de nuevo y entonces entró en la nota que era. Aplausos. Luego fue Tiene que ser, de Manuel Troncoso, magistralmente cantado por Cecilia y Maridalia.

En salsa Mi gente, de Johnny Pacheco. Las improvisaciones no se escuchaban. Pero eso sí, había tremendo ambiente. Salieron de escena los tres. Ya en el final el Coro de niños interpretó Por amor de Rafael Solano junto a la Orquesta Sinfonica del Teatro Nacional. Y el gran final fue el Aguinaldo dominicano con letras de Juan Antonio Alix y música de Julio Alberto Hernández donde los tres cantantes de lujo de esta Antología… salieron a homenajear al Caballo Mayor.

Salsa pa su lechón con Jandy y todos en escena

Fue un esfuerzo gigantesco de producción, donde con par de ensayos más hubiese salido todo a la perfección. Solo el sentimiento patriótico de César Suárez hizo posible este espectáculo de rescate cultural, un evento que en buena lid, debería organizar el Ministerio de Cultura, porque incluye decenas de personas en escena, y una ardua investigación y búsqueda de partituras y partichellas.

Del espectáculo también hay que alabar el diseño de luces de Juan Tejera y Lyliana Díaz, y la dirección de videos en pantalla de René Brea, así como la exquisita administración de la presencia del cuerpo de baile de Wanda Camilo, con un regio vestuario de gala.

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