David Nobarro (Fuente externa)

Europa no ha aprendido nada de los países asiáticos en la lucha contra el Covid 19. Es lo que deja dicho el enviado especial de COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), David Nabarro, quien ofreció una entrevista en el periódico suizo Solothurner Zeitung, donde afirmó que es probable que Europa vea una tercera ola de la pandemia del COVID-19 a principios de 2021 antes de que haya llegado una vacuna.

Europa no ha construido «la infraestructura necesaria durante los meses de verano después de poner bajo control la primera ola», denunció Nabarro. «Ahora tenemos la segunda ola. Si no construyen la infraestructura necesaria, tendremos una tercera ola a principios del próximo año», alertó.

La lección asiática

Europa tiene mucho que aprender de los países asiáticos. «Hay que reaccionar rápidamente al virus, de manera contundente y decisiva», expresó. «Especialmente al principio, cuando el virus todavía se está propagando muy lentamente en diferentes comunidades. Si reaccionas a medias, el problema se agrandará muy rápidamente».

Uno de los principales problemas, según el experto, fue que muy pocos políticos europeos entendieron que el virus se estaba propagando exponencialmente en lugar de aritméticamente. «Exponencial significa que los números podrían aumentar 8 veces en una semana, 40 veces en dos semanas, 300 veces en tres semanas, más de 1,000 veces en cuatro semanas, y así sucesivamente», dijo.

Agregó que en Asia, mientras tanto, las cifras son relativamente bajas porque «la gente está completamente comprometida y adoptan comportamientos que dificultan la propagación del virus».

«Mantienen la distancia, usan mascarilla, aíslan a los enfermos, se lavan las manos y las superficies. Protegen a los grupos más amenazados», señaló. Asia no relajó las restricciones prematuramente. «Debe esperar hasta que el número de casos sea bajo y permanecer bajo las medidas restrictivas», dijo. «La reacción de Europa fue incompleta».

A la ves elogió las estrategias de comunicación de las autoridades asiáticas. «Solo tienen un mensaje: si queremos que nuestra economía sea fuerte y que mantengamos nuestras libertades, todos tenemos que ceñirnos a algunas cosas básicas», enfatizó el dirigente de la OMS.

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