Un niño de 12 años, detenido en las manifestaciones

Después del apagón de Internet han comenzado a salir de ultratumba las imágenes de la vergüenza. Las imágenes que lo dicen todo.

Estas ocurrieron en la parte exterior del Instituto Cubano de Radio y Televisión, adonde llegó un grupo de jóvenes artistas, entre quienes se encontraba el teatrista Yunior García Aguilera, uno de los que fue lanzado a un camión de los que se usan para botar la basura, como si fueran animales muertos. Los canallas, los que ejercen laque Martí llamaba

Aquí fue donde el canalla de Israel Rojas justificó los golpes y el apresamiento contra sus propios colegas artistas.

Entre los que fueron corriendo al edificio del Instituto Cubano de Radio y Televisión, se encontraba el artista plástico preferido de Fidel Castro, un privilegiado del sistema: Kcho. Y después de él también, otra vez, no podía faltar Israel Rojas.

Otro cantautor de nombre Ray Fernández, llamó vendepatrias y traidores a quienes se manifestaban, y a los artistas que estaban allí a pocos pasos de él, ante el ICRT les llamó mercenarios. Dijo que eso era «alta traición a la patria».

Mientras tanto, el cineasta Miguel Coyula, ganador del Premio al Mejor Documental del Festival Global Dominicano 2016, con Nadie, le escribió a través de su espacio de Facebook, al presidente cubano lo siguiente:

«Diaz-Canel,
¿Cómo puede usar las palabras revolución y continuidad para describir su regimen, cuando revolución significa cambio y es opuesto a la continuidad?

¿Cómo puede lanzar al ejército, y la policía frente a unas manifestaciones espontaneas de civiles, cuando este régimen suplantó al de Batista proclamando que algo así no se repetiría?

¿Cómo puede incitar a la violencia entre cubanos de la misma forma que Donald Trump lo hiciera no hace mucho con la parte más conservadora y extremista de su población?

Esta violencia instigada desde sus estómagos bien llenos, es un acto de estupidez y cobardía, de desconexión absoluta de la realidad, por no pensar que sea usted simplemente un hijo de puta.

Puede que su ejército y policías dominen la calle por unos días.

Pero contra el hambre, y la muerte por enfermedad, no hay ideología, ni victoria posibles.
Usted acaba de enterrar su futuro».

 

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