Damn Goldo (Captura de pantalla)

Este sábado a las 8:00 de la noche el programa de televisión Confabulaciones, ofrece un programa que seguramente más de uno habrá de recordar. Nunca antes ha estado en la televisión, solo en redes sociales. Hay un público aun pequeño que sabe quién es Damn Goldo, nombre artístico del iconoclasta Johnniel Baez. Él es el invitado.

En estado natural absoluto, sin haber estudiado nunca nada de música, sin haber leído nunca poesía, según confiesa, Damn Goldo, con apenas 20 años sorprende por la originalidad de su propuesta.

Nacido en San Francisco de Macorís, aunque vive en la capital hace 17 años, gracias a el reguero de pólvora que va dejando entre quienes lo escuchan, Damn Goldo se convierte ahora mismo, en la esperanza más brillante entre los novísimos cantautores dominicanos, de que no todo está perdido.

Sus canciones, aún elementales en cuanto a acordes, brillan aún más en el timbre de su voz, por donde pasea, quizás sin saberlo un bisoño Pablo Milanés. Su calidad melódica, los giros poéticos de sus letras, la autenticidad de su propuesta, son -a pesar de ser un «artista» aún verde, verdísimo-, una muestra del regreso a temas sugerentes por su tratamiento, al desenfreno poético de un Rimbaud muy joven.

Su música, -alternativa para llamarla de algún modo- tiene un raro poder envolvente, echa con gracia, con indiscutible sencillez, desde bachatas o baladas con fusiones de ritmos que le hacen renacer una y otra vez, para acoger una letra que habla de amores y desamores, con símiles a veces inesperados y con metáforas valientes.

Damn Goldo, a opinión de quien suscribe, está casado con la gracia y con la originalidad. Ojalá que le dure muchos, muchos años.

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