Lote de vacunas en un aeropuerto dominicano (Fuente externa)

Haití acaba de rechazar un lote de 100 mil vacunas de AstraZeneca donadas solidariamente por República Dominicana para combatir la pandemia de COVID-19. Como los gatos, muerde la mano que le da de comer.

Se trata de un nuevo capítulo en el largo culebrón de desaires, donde siempre República Dominicana aparece como la madrastra de Blanca Nieves.

La noticia la dio a conocer el periódico Diario Libre a través de su web, citando fuentes cercanas al proceso que aseguraron que el gobierno haitiano había decidido no recibir las 100,000 dosis de la vacuna que República Dominicana, su más cercano vecino, pretendía donarles en un gesto no solo de buena voluntad sino de humanitarismo.

No es la primera vez que se niegan a recibir vacunas. La soberbia es un mal que parecería haberse enquistado en los países con más necesidad del caribe: Haití y Cuba.

Hace varios meses las autoridades haitianas se opusieron a recibir vacunas de AstraZeneca a través del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, por el “revuelo” internacional que se generó en ese entonces sobre su seguridad y eficacia.

El pasado 14 de julio, Haití sí recibió 500,000 dosis de vacunas COVID-19 de la farmacéutica Moderna donadas por Estados Unidos a través del mecanismo COVAX.

“La llegada de estas vacunas es muy prometedora y ahora el desafío es hacerlas llegar a las personas que más las necesitan”, afirmó entonces la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la doctora Carissa F. Etienne. “La OPS, junto con otros socios, está comprometida a ayudar al pueblo haitiano en estos tiempos inciertos e insta a otras organizaciones internacionales a que se unan a nosotros para apoyar la respuesta a la COVID-19”.

La donación formó parte de los planes del Gobierno de Estados Unidos para aumentar la cobertura de vacunación contra la COVID-19 en otros países del mundo, contrarrestar nuevas olas de infección y priorizar la vacunación de los trabajadores de la salud y otras poblaciones vulnerables en los países vecinos que necesitan vacunas. El gobierno de Estados Unidos se ha comprometido a donar unos 12 millones de dosis de vacunas COVID-19 a países del Caribe y América Latina.

“Estas vacunas, que han obtenido una licencia de uso de emergencia de la OMS, se administrarán gratuitamente a la población haitiana”, sostuvo en ese momento la doctora Marie Gréta Roy Clément, ministra de Salud Pública y Población de Haití.

“En materia de salud pública, la vacunación sigue siendo una de las intervenciones más eficaces. Esta primera asignación de vacunas pone fin a un largo período de espera no sólo para la población haitiana sino también para los habitantes de la región, que estaban muy preocupados porque Haití era el único país de las Américas que aún no había introducido la vacuna COVID-19”, agregó la ministra entonces, según recuerda la nota de Diario Libre.

El caso de Cuba

En contra posición Cuba, donde la variante Delta arrasa con la población cubana, acaba de enviar un grupo de médicos a Haití para hacer frente al pasado terremoto, los cuales ya regresaron a la isla. Sin embargo, en momentos que Cuba vive una crisis sanitaria que ningún haitiano se imagina, cada médico que viaja a Haití es uno menos que puede atender a miles de cubanos.

Actualmente la cantidad de infectados tiene un promedio de 9 a 10 mil personas diarias, con una cantidad de muertes que siempre es superior a lo que dicen las autoridades, ya que en muchos casos, oficialmente se presenta como muerto por neumonía, cuando en realidad es por Covid 19. Hay localidades del país donde hay un solo médico para 500 o más personas en un hospital al día.

Es de imaginar que las autoridades cubanas dejen a un lado la soberbia y acepten donaciones de vacunas de República Dominicana, así como las recibieron de China.

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