Thiago de Mello, el autor del monumental poema «Los Estatutos del Hombre», una figura crucial de la poesía brasileña y mundial, ha muerto el pasado viernes 14 de enero del 2022, mientras dormía, a los 95 años de edad. Se desconocen las causas.

La muerte de los poetas no ocurre como con la muerte de los exponentes urbanos, de los narcotraficantes o de los infuencers. La muerte de los poetas va llegando poco a poco y duele y son una herida nueva en el corazón de la Poesía.

El género literario en retirada, la Literatura y eso que llamamos Arte (que ya muchos llaman antiguo) pierden así a uno de sus mejores cultores en portugués, quien ofreció una voz a la Amazonía como cultura y como reserva ambiental de la humanidad.

«Con profundo pesar lamento la muerte del poeta Thiago de Mello, ícono de la cultura nacional, nacido en Barreirinha, aquí en Amazonas. Thiago deja un legado de amor por el arte y nuestras raíces. En este momento de dolor, me uno en oración con familiares y amigos», declaró el gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima.

Jair Bolsonaro no ha dicho nada, y claro que no va a decir nada. Su cultura no alcanza hasta la Amazonía, mucho menos hasta Thiago, a quien conocí un día dentro del público que me vio hacer un monólogo que yo actuaba en mi adolescencia: «Recuerde Ud. Sinesio». Sus palabras al final fueron cálidas y muy favorables. Ese fue mi único contacto físico con el gran poeta que era un visitante asiduo de La Habana.

Cuando Thiago de Melo estudiaba medicina en Río de Janeiro en la década de 1950 decidió llevar algunos de sus versos al gran poeta Carlos Drummond de Andrade. Dijo que estaba pensando en abandonar la universidad y dedicarse a las letras. El ya renombrado escritor aconsejó al joven: vivir de la poesía no es cosa fácil. Mello lo desobedeció.

La obra de Thiago de Melo fue traducida a unos 30 idiomas. Además de poeta fue editor, periodista y diplomático. Trabajó en medios opositores del gobierno de Getúlio Vargas y fue diplomático cultural en Bolivia y Chile, pero su carrera se interrumpió por el golpe militar de 1964.

Por su lucha contra la dictadura militar, Thiago estuvo preso alrededor de un mes y medio. En 1965, participó en una protesta en Río de Janeiro realizada por intelectuales y artistas, frente al hotel Glória. En ese momento, él era uno de los detenidos que pasó a ser conocido como el “ocho de la Gloria”. Entre ellos estaban Carlos Heitor Cony, Antonio Callado y Glauber Rocha.

Su postura en contra de la dictadura brasileña le obligó a pasar casi una década en el exilio, en países como Argentina, Portugal y Chile, y entabló gran amistad con el poeta chileno Pablo Neruda, de quien tradujo una de sus antologías al portugués y quien también lo tradujo a él al español.

A su talento se deben una veintena de libros, de ellos 12 de poesía: Silencio y palabra (1951), Narcisco ciego (1952), La leyenda de la Rosa (1956), Está oscuro pero canto (1965), La canción del amor armado (1966), Poesía comprometida con tu vida y la mía (1975), Los estatutos del hombre (1977), Horóscopo para los que estamos vivos (1984), Viento general (1981), Bochorno en la floresta (1984), Un campo de margaritas (1986), De una vez por todas (1996).

Hace cinco años, en la celebración de su cumpleaños 90, el poeta se despidió con estas palabras: “Como quien comparte el pan, como quien comparte las estrellas, como quien comparte las flores, comparto mi canto de amor. Con solo una estrofa, me despido, para quedarme contigo. Me despido para quedarme”.

Su gran poema Los estatutos del hombre, tiene cada vez mayor vigencia. Es un poema para todos los tiempos.

Thiago de Melo en el Amazonas (Fuente externa)

Poema Los estatutos del hombre

Autor: Thiago de Melo

Artículo 1

Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera.

Artículo 2

Queda decretado que todos los días de la semana, inclusive los martes más grises, tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

Artículo 3

Queda decretado que, a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra; y que las ventanas deben permanecer el día entero abiertas para el verde donde crece la esperanza.

Artículo 4

Queda decretado que el hombre no precisará nunca más dudar del hombre. Que el hombre confiará en el hombre como la palmera confía en el viento, como el viento confía en el aire, como el aire confía en el campo azul del cielo.

Parágrafo:El hombre confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.

Artículo 5

Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será preciso usar la coraza del silencio ni la armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con la mirada limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.

Artículo 6

Queda establecida, durante diez siglos, la práctica soñada del profeta Isaías, el lobo y el cordero pastarán juntos y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo 7

Por decreto irrevocable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad. Y la alegría será una bandera generosa para siempre enarbolada en el alma del pueblo.

Artículo 8

Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será siempre no poder dar amor a quien se ama, sabiendo que es el agua quien da a la planta el milagro de la flor.

Artículo 9

Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre la señal de su sudor. Pero; que sobre todo tenga siempre el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10

Queda permitido a cualquier persona a cualquier hora de la vida el uso del traje blanco.

Artículo 11

Queda decretado, por definición, que el hombre es un animal que ama, y que por eso es bello, mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12

Decrétase que nada estará obligado ni prohibido. Todo será permitido. Inclusive jugar con los rinocerontes, y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa.

Parágrafo:Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor.

Artículo 13

Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas venideras. Expulsado del gran baúl del miedo, el dinero se transformará en una espada fraternal, para defender el derecho de cantar y la fiesta del día que llegó.

Artículo Final

Queda prohibido el uso de la palabra libertad, la cual será suprimida de los diccionarios y del pantano engañoso de las bocas. A partir de este instante, la libertad será algo vivo y transparente, como un fuego o un río, o como la semilla del trigo y su morada será siempre el corazón del hombre.

Traducción: Pablo Neruda

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