Retamar (Fuente externa)

Este sábado falleció en La Habana el poeta y ensayista cubano Roberto Fernández Retamar, Premio Nacional de Literatura en 1989 y miembro de la Academia Cubana de la Lengua desde 1995, la que además presidió.

En 1960 ocupó el cargo de consejero cultural en París. Entre 1998 y 2013 fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado.

Fue secretario de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), entre 1961 y 1964, donde fundó en 1962 y codirigió hasta 1964, junto a Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y José Rodríguez Feo, la revista Unión.

En 1965 empezó a dirigir la revista Casa, órgano oficial de la Casa de las Américas.

Fundó en 1977 y dirigió hasta 1986 el Centro de Estudios Martianos y su Anuario. Desde 1986, fecha en que sustituye al pintor Mariano Rodríguez, y hasta ayer fue presidente de la Casa de las Américas.

Desde 1955 fue profesor de la Universidad de La Habana (que en 1995 lo nombró Profesor Emérito), habiéndolo sido igualmente, entre 1957 y 1958, de la Universidad de Yale.

Doctor en Ciencias Filológicas e investigador titular, profesor honorario (1986) de la Universidad de San Marcos (Lima) y doctor honoris causa de las Universidades de Sofía (1989), Buenos Aires (1993) y Universidad Central de Las Villas (2011).

Una declaración emitida por Casa de las Américas da cuentas de que «desde que se dio a conocer en 1950 con el poemario Elegía como un himno, su obra fue abriendo cauces y marcando hitos en la poesía de lengua española, a la que legó textos que quedarán para siempre como «Felices los normales», «¿Y Fernández?» o «Con las mismas manos».

No menos relevantes son sus penetrantes y esclarecidos ensayos, que ponen en evidencia la vastedad de su pensamiento y la magnitud de su labor intelectual, tanto si recordamos ese clásico de la reflexión latinoamericana y caribeña, «Caliban», como si pensamos en Para una teoría de la literatura hispanoamericana, en su fervorosa pasión por la obra martiana, o en sus lúcidos ensayos sobre el papel del intelectual y los procesos de descolonización cultural en nuestra América».

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