No estuve ahí, pero las imágenes lo cuentan. Como un torero que ha recibido rabo y orejas en una lidia memorable y sale en hombros de los fanáticos, así salió Mozart La Para del Anfiteatro de Puerto Plata -sobre del techo de su vehículo- como si de Las Ventas de Madrid se tratara.

Mozart La Para, quien ha estado varias veces en ese sitio, es uno de los exponentes urbanos que alcanzan la categoría de artista. Son pocos realmente, y él está en el pináculo, junto a otros que no llegan quizás a cubrir los dedos de una mano.

Su arte viene del rap y sobre todo de haber conquistado las nubes de la improvisación, un don que no es estudia, si bien se perfecciona y donde -claro- él también usa mañas, comodines, frases hechas, palabras que le ayudan a brillar en la instantánea respuesta.

La noche de este sábado acaba de acumular otra hazaña: llenar el exigente Anfiteatro de Puerto Plata. Una vez más. Luis Medrano -productor del evento que contó con el respaldo del ministerio de Turismo y otros-, quien tiene fama de vampiro pues es el último en acostarse y el primero en estar de pie, ha enviado tempranito estas fotos y este video que ilustran esta nota.

No estuve ahí, repito. Por tanto no hablo del espectáculo[aculo en s[i y su calidad y las canciones, etc. Pero como dicen en Cuba: «papelito hala lengua», o como se dice por ahí «para muestra un botón» (y sobre el origen de esta frase quiero escribir próximamente, la anécdota es interesantísima).

Mozart La Para hizo bien su trabajo. Salió, toreó y triunfó.

Parte del público enardecido (Foto servida)
Mozart La Para preparó una producción artística con bailarines e invitados (Foto servida)
La Mermelada, Melymel, estuvo con Mozart La Para en escena (Foto servida)
Vakeró, otro invitado de Mozart La Para (Foto servida)
Otra vista del público (Foto servida)
El torero llevado en «hombros» (Foto servida)

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