SD. El susto pasó. Al fin, el laboratorio espacial chino Tiangong-1 que habían sido puesto en órbita en el mes de septiembre del año 2011, realizó su reentrada en la atmósfera y lo hizo por la región central del Pacífico sur, hacia las 00.15 GMT, anunció ayer la Oficina de Vuelos Espaciales Tripulados (CMSEO, siglas en inglés).

Durante la reentrada, la mayor parte de la nave se desintegró debido al elevado calor generado por el roce con la atmósfera durante su caída, según la agencia oficial china de noticias Xinhua.

El laboratorio espacial se encontraba fuera de control y sin comunicaciones, por lo que todas las estimaciones eran aproximadas y nada cien por ciento seguro. El seguimiento de las agencias espaciales de todo el mundo se realizó por radar.

La CMSEO ya había avanzado que las posibilidades de que algún fragmento no desintegrado cayera en una zona habitada y causara daños o víctimas eran mínimas. Incluso se había calculado que podría caer sobre el territorio de Portugal.

El Tiangong-1 (cuyo nombre significa «palacio celestial»), tenía 10 metros de largo y 8,5 toneladas de peso, y había sido puesto en órbita en septiembre de 2011.

Tras ser visitado por seis astronautas en dos misiones espaciales chinas, en 2012 y 2013, realizó tareas de investigación hasta quedar fuera de servicio en 2016.

Según un despacho de la agencia EFE, la estación espacial soviético-rusa Mir, que cayó y se desintegró en 2001, pesaba 140 toneladas, mientras que el laboratorio estadounidense Skylab (que cayó en 1979) pesaba cerca de 80 toneladas. La Estación Espacial Internacional actualmente en uso pesa unas 420 toneladas.

China lanzó el Tiangong-2 en septiembre de 2016, que acogió entre octubre y noviembre su primera misión tripulada con dos astronautas.Tienen previsto comenzar en 2019 la construcción de una estación espacial compuesta por varios módulos, cuya conclusión está prevista para el 2022.

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