Chris Martin, inició el grupo junto a sus compañeros en la Universidad de Londres en 1996 (Foto: Joel García Films)

Coldplay acaba de hacer el regalo más bonito la noche del martes en el Estadio Olímpico Félix Sánchez de Santo Domingo, de la mano de SD Concerts: han regalado probablemente el mejor concierto de la historia en República Dominicana.

El ambiente fue excepcionalmente ambientalista e hizo pensar que se puede, que aún podemos dejarles a nuestros hijos y nietos un mundo sostenible. Desde el mismo comienzo, con el intro de “Star Wars”, el concierto “Music of Spheres” colocó a los presentes en el universo y enseguida reventó la música con “Higer Power” y “Adventure of a lifetime”. Globos, confetis, fuegos artificiales. “Paradise” fue intenso, y luego una de las más conocidas “Charlie Brown”. Más lenta, “The Scientist”. Ahí Chris Martin habló en español sobre el hecho de que es la primera vez que el grupo viene a República Dominicana.

Una cortina en video mostró marcha atrás lo sucedido hasta ahora en el concierto del grupo británico. Sonaron los compases de “Viva la vida” y el público hizo algarabía y el estadio casi entero coreó la canción en sus inicios. El bombo protagónico, metronomado pero físico, porque el percusionista es una locomotora de paso firme. Canción ésta alegre, rítmica.

Vista aérea desde un drone durante el espectáculo de Coldplay en el Olímpico (Foto: Joel García Films)

Se encienden las pulseras, casi todo el tiempo se encienden las pulseras, gorjean los colores, de manera acompasada. “Hymn to the weekend”. Confetis finísimos como nieve que cayese o neblina. Chris sudó copiosamente. “Let somebody go”, muy íntima, Chris solo al piano. “Gracias muchísimas gracias”, dijo en español. El drum arrancó con platillos de aire y caja. El bajo entró. “Sparks”. Chris hizo melismas. Luego comenzó a tocar la guitarra y cantar. De pronto se detuvo: “Perdón, la jodimos. Vamos a comenzar de nuevo”, pero hasta eso parecía parte de la puesta en escena, porque arrancó la banda completa con la esperada “Yellow”. Muy coreada. Y para cerrar ese segmento de concierto “Human Hearth”, un acorde completo a partir de una nota con la voz, lo que se logra con un pluggin nieto del vocoder. Después cantó “People of pride” con el coro del estadio.

“Clocks” fue el estallido de la nostalgia para muchos. El próximo tema requirió irse a negro y regresar con una voz metálica que dio paso a los miembros de la banda vestidos de aliens. Chris canta en lenguaje de sordos. Rayos lasers y el plató de pantalla led a los pies de la banda, pasó un reel visual con ilustraciones de animación. “The Lightclub” y “Something Just Like This”.

Llegó el momento de “My Universe”. Enseguida pirotecnia en tarima y luego oscuridad en el escenario. Al momento arrancó la banda y se detuvo otra vez. Chris hizo como que se ponía de acuerdo con los demás y pidió apagar los celulares para la próxima canción. “A sky full of stars”. Con pirotecnia en escenario, confetis, humo y fuegos artificiales al aire.

Las casi dos horas de concierto fueron de pura energía de futuro (Foto: Joel García Films)

“Coloratura”, con un uso inteligente de los efectos. Solo cuatro hombres en escena son capaces de lograr una suite de canciones al universo, como una gran sinfonía, rock de por medio. El segmento final “Home” inició con “Orphans”, que sirvió de falso final. “Muchísimas gracias. Son increíbles”, dijo Chris Martin en su español que se agradece. Se fueron a negro. La gente no se iba y comenzaron a pedir más canciones. Salieron finalmente a escena, caminaron una larga rampa y llegaron a una tarima que había en el centro del terreno. Chris mostró a su padre dándole a una bicicleta.

Desde allí cantó “Bachata rosa”, de Juan Luis Guerra, ovacionada y cantada por el público. De regreso a sus aguas se escuchó a Louis Amstrong hablando de lo maravilloso que es el mundo.

Chris cantó también la muy esperada “Fix you”, ya en las postrimerías del concierto. “Human kind” y “Beautiful” significaron el adiós al más impactante concierto que quien redacta ha visto en su largo bregar en este mundo del espectáculo.

Los gestos ecológicos estuvieron a lo largo del concierto, ya en mensajes de imágenes, en la generación de energía, y en las acciones relacionadas con el país -incluyó una visita de Chris Martin y Will Champion a una reserva ecológica en Nigua, donde plantaron árboles-, hasta en la propia música de la gira. Desde ahora Coldplay significa Tierra.

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