CANNES. Nos permitimos reproducir de manera íntegra una nota de la organización del Festival de Cannes, donde da cuenta de la desestimación de la causa en contra de Terry Williams y el festival por parte del productor Paulo Branco, quien no hizo nada por el filme The Man Who Killed Don QUixote, quizás la más atribulada película de todos los tiempos, que ha tenido que sobrevivir, inundaciones, terremoto, accidentes, etc., etc., como si de una maldición se tratara.

«Se despeja el cielo para la película de Terry Gilliam, The Man Who Killed Don Quixote. El miércoles 9 de mayo de 2018, el Tribunal rechazó la demanda de Paulo Branco y su sociedad de producción Alfama Films Production que pretendía prohibir la proyección de la película en la velada de clausura del Festival de Cannes, el próximo sábado 19 de mayo.

Lógicamente, las exigencias de indemnización de Paulo Branco y su sociedad de producción Alfama Films Production ante el Festival de Cannes han sido desestimadas, aunque no han dudado en difamar al Festival tanto en la prensa como en las redes sociales, afirmando que los organizadores del mismo no tenían derecho a seleccionar The Man Who Killed Don Quixote para presentarlo al púbico de Cannes.

Los intentos de intimidación organizados por Paulo Branco y su hijo y abogado no han servido de nada. A través de su decisión, el juez ha confirmado que, contrariamente a lo que pretendían los señores Branco, entre otros ataques difamatorios y mentiras, el Festival de Cannes no ha pretendido en ningún momento estar por encima de la ley ni ha intentado imponerse por la fuerza.

El Festival de Cannes ha declarado en todo momento a lo largo de este proceso estar de parte de los creadores, y nos alegra saber que la justicia autoriza la presentación de esta obra, sabiendo lo importante que es para su director poder presentarla por fin ante el público.

Nos da mucho gusto que esta película tan especial, y desde cierto punto de vista tan difícil en la carrera del gran artista Terry Gilliam, sea presentada por primera vez ante los periodistas, asistentes al festival y profesionales del mundo entero en el Grand Amphithéâtre Lumière.

Este martes, el cine ha recuperado sus derechos. El Festival es y seguirá siendo un espacio único de libertad».

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