El artista cubano Hamlet Lavastida (Fuente externa)

Una vieja práctica de la dictadura cubana de exiliar de manera forzada a artistas y opositores, heredada directamente de los círculos de estudio del Kremlin, ha tenido un nuevo episodio este fin de semana. Creadores como Heberto Padilla, Reinaldo Arenas o Raúl Rivero fueron enviados en avión o en balsa, obligatoriamente fuera de la Isla, entre muchos otros.

El joven artista visual cubano Hamlet Lavastida, detenido desde el 26 de junio, fue liberado el sábado y llevado al aeropuerto adonde viajó a Europa, llegando este domingo, confirmó su pareja la escritora Katherine Bisquet, quien viajó también. “La policía política nos impuso el exilio de ambos como única opción para la excarcelación de Hamlet”, dijo Bisquet en su muro de Facebook al “pisar espacio Schengen”.

Escritora y activista política, Bisquet añadió que su “salida del país era la moneda de cambio” para la liberación de su pareja.

Personas cercanas a ambos dijeron a la AFP que el destino inicial del viaje fue Polonia, donde Lavastida (38 años) tiene un hijo.

Bisquet opinó que “no cabe aquí ninguna justificación que alcance ni siquiera mínimamente a disfrazar el plan macabro que ha desplegado el poder político sobre nuestras vidas”. Aseguró que “muy pronto, y luego de una breve recuperación, estaremos dando nuestros testimonios. Nada quedará impune”.

Lavastida fue detenido cuando cumplía cuarentena sanitaria después de llegar a su país, tras concluir una residencia en la galería de arte Künstlerhaus Bethanien, de Berlín. Fue acusado de “incitación a delinquir” a través de mensajes en redes sociales, según dijo entonces el sitio oficial Razones de Cuba.

Lavastida “ha estado incitando y convocando a la realización de acciones de desobediencia civil en la vía pública, utilizando las redes sociales y la influencia directa sobre otros elementos contrarrevolucionarios”, dijo el medio oficial.

Según explicó Bisquet entonces, el principal motivo fue la propuesta de Lavastida a otros disidentes en un chat privado, de marcar billetes bancarios con logotipos de los grupos disidentes San Isidro y el 27N, idea que no prosperó ni se hizo pública.

En julio pasado, Samantha Power, administradora de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID), dijo que la detención de Lavastida “forma parte de su campaña (de Cuba) para suprimir, censurar y castigar la libertad de expresión”. “Su liberación es un momento de alegría y celebración para Hamlet, su familia y todos aquellos que han luchado por su libertad”, dijeron las ONG PEN America y PEN International.

“Estamos jubilosos de que Hamlet sea finalmente libre para reunirse y pueda reunirse con su familia y comenzar a recuperarse de la terrible experiencia que ha experimentado durante los últimos tres meses”, dijo Julie Trébault, el director de Artists at Risk Connection (ARC) en PEN America.

Cecilia Noce, coordinadora del proyecto Defensa de la libertad de expresión artística de CADAL, desde el 11 de julio, las organizaciones civiles que trabajan en pos de la libertad de expresión en Cuba han documentado 39 detenciones de artistas relacionadas con las protestas, de los cuales al menos 4 fueron sometidos a juicio sumario; 20 artistas han sido sometidos a prisión preventiva en sus domicilios por procesos de investigación abiertos con diferentes grados de vigilancia; 5 artistas se encuentran en prisión preventiva en cárceles comunes y se suman a los raperos Didier Almagro y Pupyto en Sy que cumplen condena desde el año pasado por “desacato”.

Las fuerzas de la dictadura cubana han sido particularmente violentas con los artistas raperos que participaron de las protestas o que han sido señalados como sospechosos de haberlas instigado. Han sido detenidos e incomunicados los raperos el Radikal, El Invasor y Randy Arteaga.

El encono de las autoridades cubanas se explica, en parte, por la masividad del rap. Los versos de “Patria y vida” siguen resonando como himno de libertad y se suman a otras canciones que rápidamente son compartidas y aprendidas por los cubanos dentro y fuera de la isla, como “Oe, policía pinga” o “De Cuba Soy”. También han sufrido la violencia del Estado los miembros de los colectivos artístico Movimiento San Isidro y 27N. Aunque las protestas encontraron a la mayoría recluidos y vigilados en sus casas, imposibilitados de participar, el régimen ha intensificado las acciones de represión, hostigamiento y ataque contra ellos con el objetivo evidente de desarticularlos.

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