Las campañas que han acompañado a las elecciones primarias de hoy han sido las más sucias probablemente que se hayan hecho en muchos años en República Dominicana.

Es la primera vez en mi vida que voy a votar por un futuro presidente. En el país donde nací eso no ocurre desde hace casi 70 años.

Los límites de la democracia se rompen cuando se cae en cosas como las que muestro en este video que vi en las redes y quise compartir, para alertar de lo que no debe hacerse.

Un autollamado Apóstol, de nombre Rafael Ramírez Martinez, quien supuestamente radica en Costa Rica y con teléfono 506 2783 8027 afirma a sus feligreses, formados evidentemente por gente pobre, que «¡El Señor me dijo, puede ser que Danilo Medina sea un corrupto, pero el peor error de este país es que Leonel vuelva otra vez a la silla presidencial!».

El video de este Doctor en Divinidad de la Universidad Cristiana de California, ha sido grabado aquí en República Dominicana.

La perorata no se queda ahí. Le sigue mintiendo a sus fieles que supuestamente Dios le ha dicho que «Leonel Fernández es un hijo del diablo, y está atado por el diablo, y tiene contactos con los demonios, y tiene contacto con gente en Cuba. Y el Señor me decía, a Leonel le gusta bañarse en algunos lugares de Haití, y consulta a las brujas y a los muertos, Haití está atado por el diablo. Y ustedes quieren traer esa gloria del infierno para acá? Y yo me decía lo único que puede parar eso es la Iglesia».

Desconozco cuál es la iglesia, y a quienes y a cuántos congrega este bandido, pero sus prédicas están llenas de mentiras, de charlatanería, de tigueraje. Este pastor es más corrupto, por lo que dice y cómo lo dice que los que él dice que son corruptos e hijos del diablo.

Este Apóstol, de nombre Rafael Ramírez Martínez, evidentemente tiene tiro directo con Belcebú. Pobres de los fieles que escuchan sus peroratas. Imagino que como persona extranjera esté violando alguna ley de intromisión en elecciones de otro país. De cualquier manera, provoca indignación y desconoce la fuerza de los boomerangs de Dios.

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