Legalmente Ilegales, en el Hard Rock Café de Blue Mall, tres noches seguidas, es una señal muy esperanzadora de la posibilidad de locaciones mucho más grandes, de ambiciones mayores, porque hace falta, y se necesita opciones que no sean solamente el dembow. En par de años el grupo de Vladimir Dotel cumplirá 30 años de fundado y hay que empezar a preparar la fiesta.

El nuevo tour de Ilegales “The Hits Live”, bajo la producción de César Suárez Jr. permitió un recorrido por los numerosos éxitos de la agrupación y desbordar un nivel de ritmo y de energía entre los asistentes, que hacen pensar en la joven veteranía de una agrupación que sigue estando llena de frescura y cuya permanencia está garantizada.

No más comenzar el show de Ilegales, se activaron los resortes, y la gente comenzó a bailar de pie (Foto: Alfonso Quiñones)

 

Una entrega al público durante unas dos horas, con una banda compuesta por siete músicos. Pero todo comenzó con un video donde Vladimir acompañado de Chino y Junior suben a una nave cósmica que alza el vuelo, fue entonces que salían a escena cantando La morena (un tema de los inicios, justamente de 1995) y enseguida empataban con «Chucuchá».

“Muchas gracias por este recibimiento tan especial; teníamos ansias de encontrarnos con nuestro maravilloso público. Esta será una noche mágica”, expresó Vladimir Dotel. «Las otras dos noches fueron mágicas -expresó Vladimir-, y esta va a ser irrepetible».

Después de la bienvenida, siguieron el viaje «En alta» (‘party, discoteca y un tro de vaina’); después no podía faltar “Taqui taqui”, “Tamo’ happy» y “Ya no toy’ pa’ eso”.

«Estoy viejo pa’ estos kanes» dijo Vladimir y repitió la sentencia. En broma, claro. Pero es cierto que todos los temas son movidos, arriba, con mucho metal y mucho flow. Intensos, a un ritmo de dos por dos, donde la melodía la dibujan los metales.

Completando el trío Chino y Junior, la «Fiesta caliente» continuó con un midley en reggae a cargo del primero, a lo que se sumó “Haciéndome el loco”.

Luego Chino hizo con el guitarrista un midley con «Te recuerdo» y «Siento», una canción acerca de la cual, el propio Vladimir dijo cuando cumplieron 20 años: “Decía mi madre que esta era la mejor canción de mi trayectoria, mi madre fue quien manejó mi vida y carrera, esta canción es para ella”.

Manny con la chaqueta roja, provocó la algarabía de las féminas (Foto: Alfonso Quiñones)

«Dime que sí», fue el momento en que salió Manny Cruz, y ya ahí fue el desmadre del público, que si bien se mantuvo de pie y bailando todo el tiempo, recibió a Manny con el gustazo de las reales sorpresas.

Luego de que Manny salió de escena, Vladimir motivó el próximo medley con temas conocidos, como «Rebotando», «A que te pongo», «La pastilla».

Después tocó el turno de «La botella», lo cual dio paso a que apareciera Jandy Ventura en escena para un homenaje al inolvidable Caballo Mayor, Johnny Ventura, que grabara con Ilegales el tema «Dame un chin». El momento volvió a alborotar a las féminas.

Jandy Ventura se unió a Ilegales para homenajear al Caballo Mayor (Foto: Alfonso Quiñones)

EL show entró en la recta final. Así llegó un recuerdo de los años 90 devolviendo temas como «Everybody dance», «Rythm of the nigth», «It’s my live».

Y le siguieron «El tiburón», «La morena» completa, «Es hora». Y el falso final con «Sueño contigo».

El rápido regreso a escena fue para despedir las tres noches con el «Chucuchá», la gente haciendo el baile.

Este trío de días, el Hard Rock Café de Blue Mall se mantuvo lleno, repleto. Y es un éxito importante que habla de nuevos retos y la necesidad de alcanzar nuevos mercados. Ilegales es de lo mejor que le pasó a la música dominicana cuando comenzó a cambiar la cuestión, en sus inicios hará pronto 30 años, fusionando con rap, camino a lo que ahora es un desmadre sin nombre con el innombrable dembow. Pero es bueno regresar al origen, buscar lo pegajoso del ritmo, las buenas melodías, las letras que hablan de la fiesta, del amor, de la belleza de la mujer, de la sensualidad, y finalmente la limpieza de la ejecución de una banda dirigida por Antonio González, donde lo prístino de los metales apoyados con los teclados, y la precisión rítmica de las congas con la batería, algunas intervenciones de la guitarra prima, conforman la garantía de una música que perdurará muchos años más.

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