El diputado Franklin Romero agradeció la aprobación de su pieza legislativa (Fuente externa)

Al fin la Cámara de Diputados aprobó ayer martes 27 de agosto del 2019, la Ley de Mecenazgo, una de las mejores leyes que puedan haber aprobado quienes hoy día ostentan una curul en el máximo órgano legislativo del país.

La carrera de esta importante pieza pudiera ilustrarse como una carrera de relevo de cuatro por 1,500 metros.

Nueve años después de haberse presentado el proyecto en la Cámara de Diputados por el exlegislador y cantautor Manuel Jiménez, ha sido finalmente aprobado, entre recorridos, reuniones, libras de café degustadas, dietas cobradas, enviditas de quienes no eran autores de la pieza y «si no es nuestra no la aprobamos», en fin… decenas de horas dedicadas, sino cientos, a que lo que originalmente fuera titulado “Régimen de Incentivo y Fomento del Mecenazgo Cultural en la República Dominicana”, sea aprobado finalmente como Ley de Mecenazgo Cultural.

A la salida del autor de Derroche de su curul, el empresario artístico y diputado Franklin Romero, asumió el proyecto junto a sus colegas Juan Luis Campos y Lucía Argentina Alba, hasta que fue aprobado por la Cámara de Diputados el 4 de septiembre del 2018.

En los primeros días de octubre del año pasado fue remitido al senador Edis Mateo Vásquez, presidente de la Comisión Permanente de Cultura del Senado y al presidente de ese hemiciclo, el senador Reinaldo Pared, donde perimió y fue reenviada a los diputados, quienes la devolvieron y donde fue aprobada finalmente el pasado 26 de junio en primera lectura.

En fin, ¿cuántas veces este proyecto visitó la Cámara de Diputados? Al menos en tres ocasiones fue aprobada y al menos en dos ocasiones fue reenviada a los diputados quienes fueron introduciendo cambios.

Teatro Danzante Guloya, Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco (Fuente externa)

“La presente ley define un régimen de fomento e incentivo a las iniciativas y aportes económicos de otra índole de mecenazgo del sector privado, de personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, para que contribuyan al financiamiento, total o parcial, de programas y proyectos para el desarrollo cultural de la nación que beneficien a entidades públicas y privadas del país”. reza en su primer párrafo esta ley.

El pasado 28 de febrero en su Rendición de Cuentas el Presidente Danilo Medina, en una inédita valoración del sector cultural, expresó que “más allá de las innovaciones digitales, el alma de una nación sigue estando principalmente en la cultura y las artes” y le dio el necesario espaldarazo al proyecto de Ley de Mecenazgo Cultural para que esta pasara en el Congreso.

La gestión en la Cámara de Diputados ha contado con el soporte de la oficina técnica, entidad que ha realizado intensas jornadas con representantes del sector cultural y desde allí el apadrinamiento del crítico de arte Abil Peralta Agüero.

Ahora el testigo de esta larga maratón ha sido llevado a la meta por Franklin Romero.

Aún falta más. La Ley debe ser promulgada aún por el Presidente y hasta que no sea aprobado el Reglamento de la misma y sea conformada la Comisión de Mecenazgo, no será letra viva.

El presidente Danilo Medina como buen político no dejará pasar esta oportunidad de rubricar una ley que favorece a todos los sectores del país, directa o indirectamente.

República Dominicana, una media isla con una gran cantidad de emigrantes residiendo en su territorio, mayoritariamente provenientes del vecino país de Haití, dueño de una cultura muy fuerte, tiene en la cultura la más robusta defensa de su identidad como nación. Y las expresiones culturales que surgen desde las comunidades y justamente esas zonas de la cultura menos favorecidas o que en mucho dependen de lo que pueda apoyar el sector estatal, ahora también podrán recibir apoyo del sector privado.

Es un hecho de que el aporte de la economía naranja al Producto Interno Bruto del país anda hoy -gracias a la Ley de Cine- entre el 2.8 % y 3.0 %.

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