Carlota Carretero, agradece al público (Foto: Alfonso Quiñones)

Una de las grandes joyas que le falta a los Premios Nobel de Literatura para siempre -¿por fin se entregarán este año?- es el nombre de Margarite Yourcenar (Bélgica 1903-Estados Unidos 1987), quien en 1936, en medio del creciente fascismo en Europa, mientras Hitler promulgaba el plan cuadrienal para preparar la guerra, año en que murieron Unamuno, Gorki, Valle-Inclán, Chesterton, Pirandello y Kipling, la escritora más importante que ha dado Bélgica escribía Fuegos, un conjunto de relatos basados en la visión más íntima del amor, que finalmente, quizás por vergüenza, fueron publicados 20 años más tarde y entre los cuales se encontraba María Magdalena o La Salvación.

Este relato es la querella de María Magdalena en venganza porque Juan, el discípulo de Jesús, la abandonó la noche de bodas, por lo que según el punto de vista de la escritora solo entonces después que huye el novio, ella se convierte en prostituta y, tras aprender todos los secretos de su profesión, se acerca a Jesús con el objetivo de seducirlo, pero quien termina seducida es ella, que narra la pasión, la crucifixión y resurrección del hijo de Dios, sufriendo ella una vez más el abandono y el rechazo. Según se dice la autora habría estudiado los Evangelios apócrifos y otros textos, para sacar la historia de la versión que se da luego del Concilio de Trento, entre 1545 y 1563, iniciado por Paulo III y concluido por Pío IV, en el que se establece que María Magdalena dejó la prostitución para seguir a Jesús, y en el que se rechazan una serie de documentos de época para asumir solamente los que hoy día forman parte de la Biblia.

Este viernes, y el resto del fin de semana, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, la primerísima actriz Carlota Carretero, una de las cinco joyas del teatro dominicano junto a Olga Bucarelli, María Castillo, Elvira Taveras y Karina Noble, asume uno de los roles quizás más complejos de su vida en La Magdalena, basado en el texto de la Yourcenar, bajo la dirección del también productor Guillermo Cordero. Y es complejo no tanto por la trascendencia del personaje en sí mismo y su psicología, sino por el modo de asumirlo y dibujarlo, tanto que para ello se ha preparado con ayuda del yoga.

Carretero, no más salir a escena, despliega, con la parsimonia de un pavo real, una energía muy particular, que le permitirá montar sobre este a María Magdalena, con el apoyo de un eficiente diseño de luces de Bienvenido Miranda, un vestuario de varias piezas en una misma -dicho sea de paso, diseño de su hija Renata Cruz- y una musicalización muy atinada de José Andrés Molina.

El texto es bellísimo, lleno de intensidad poética y de sentencias, que a veces suenan a aforismos, como cuando dice «La flauta gritaba como una virgen», o «Pecamos, cuando Dios no está», o «Frente a la pasión, me olvidé del amor», también «He aceptado la pureza como la peor de las perversiones» o este otro: «Tanto lo amé, que dejé de compadecerlo».

Hay dos momentos que en esta primera noche, como es usual en los estrenos, no logra la excepcionalidad de la calidad interpretativa, y estos fueron cuando gemía, en vez de gritar, mientras recibía latigazos. Tampoco convence como está solucionada la escena de las pedradas de los niños, cuando la descubren al amanecer fuera del lecho nupcial, en la calle. Sin embargo, cuando va a la tumba de Jesús y ve que no está y luego lo ve, resucitado, entonces sí llora autentica, orgánicamente.

Hay dos elementos más, muy positivos, que merecen la pena destacar por encima de los ya mencionados. Uno es el minimalismo de la escenografía, pero además de eso su funcionalidad, al incluir una pieza escenográfica a modo de plano inclinado, que puede moverse y que Carlota explota al máximo.

Y segundo, la rica gestualidad que aporta a esta puesta en escena, que debería mantenerse a todo lo largo de la obra. Porque es capaz de, con un feliz equilibrio de energías, sin estridencias en el universo que crea, robar la atención con la mímica que va dibujando la historia, algo que llegado un momento se abandona.

Este sábado vuelve a escena a las 8:30 de la noche y el domingo también pero a las 6:30 de la tarde. Recomiendo altamente este monólogo que regala una de las actuaciones más memorables de la temporada. Ya veremos después si es histórica. Por lo pronto, es una de las más dibujadas actuaciones, sobre una historia de por sí controversial.

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