Es muy importante que a nadie se le ocurra hacer un remake de esta película. Los remake son una visión casi siempre mediocre de una película excelente.

Aelita, la reina de Marte (1924), de Yakov Protazánov fue la primera película sobre viajes espaciales, y hay que considerarla como una de las primeras de un género que hoy logra quizás las mayores cotas de popularidad. Antes que Aleita…, solo se había estrenado Viaje a la Luna (1902), de Georges Meliés.

El reparto del filme mudo, rodado en blanco y negro, que este año cumple 95 años, lo conforman Yuliya Solntseva, en el papel de Aelita, Nikolai Tsereteli como el protagonista Los, y Nikolai Batalov como el revolucionario Gusev.

Desde el 1902 hasta hoy solo se han realizado unas 300 películas de ciencia ficción. Y muchos han olvidado el filme de Protazánov, basada en un libro de Alexéi Tolstoi, el padre de la también escritora Tatiana Tolsataya, cuenta con música de Skriabin, Stravinsky y Glazunov. Y sobre todo destaca por los decorados y el diseño de vestuario de Aleksandra Exter, una artista visual del constructivismo, suprematismo y cubofuturismo rusos.

El constructivismo ruso fue una tendencia filosófica y estética nacida al fragor de la Revolución de Octubre y parte de las vanguardias artísticas. Malevich, Tatlin, Gan, fueron algunos de sus máximos representantes y pensadores. En cuanto a filosofía reflejaba una creencia en el arte para el cambio social y no como una expresión personal. Sus partidarios abogaban por el arte y el diseño funcional en lugar del arte decorativo y burgués.

Desde el punto de vista estético, propugnaba por un arte totalmente abstracto, minimalista, con acento en las formas geométricas y la experimentación. Era un arte optimista, pero no tendía a ser emocional, a la vez que privilegiaba las formas objetivas y universales. No obstante muy pronto Stalin lo relegó como obra revolucionaria propugnando por el realismo socialista, un método de creación basado en los ideales marxistas leninistas.

El constructivismo sobrevivió más allá de las fronteras soviéticas, y aún hoy saca la cabeza, aquí o allá, ya sea a través de un animado como de una obra plástica de un joven que revisita -quizás sin saberlo- uno de los movimientos estéticos más fuertes de las primeras décadas del siglo XX.

Sinopsis

Volviendo a Aelita, Los es un ingeniero de la Estación de Radio de Moscú, que recibe un extraño mensaje que parece proceder del espacio extraterrestre. Tras descifrar su contenido, descubre que ha sido enviado por la reina de Marte, Aelita (Solntseva), que, cansada de las imposiciones de un gobierno totalitario, encabezado por su padre, pide ayuda a la Tierra. Los y Gusev emprenden un viaje al planeta y, con el apoyo de la reina, que se ha enamorado del ingeniero después de verle a través del telescopio, inician una revuelta popular contra el tirano y su grupo de gobernantes.

La película fue atacada despiadadamente por la crítica oficialista, debido a que los jerarcas del estado soviético esperaban un film de claro apoyo a los valores de la sociedad soviética, y aunque apoya los básicos elementos de la misma, favorecía más a los intereses de la reconstrucción. Hay que tener en cuenta que en 1922 se formó oficialmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) el año de salida del largometraje, fue el año de la muerte de Vladimir Illich Lenin y cuando Iosif Visarronovich Stalin ganó una sangrienta lucha por el poder y dirigió el país a través de una industrialización a gran escala, con una economía centralizada y una extrema represión política. Digamos que fue el año del inicio del terror estalinista, que ya había dado señales desde antes, de lo que se avecinaba.

Aelita… así pues, es una obra que puede dar una idea de lo que sucedía hace 95 años en la sociedad soviética, que dejó de existir en 1990.

La película estrenó el género de la ciencia ficción en una cinematografía que ha aportado varias obras importantes que Hans nervudo de inspiración a cineastas como Stanley Kubrick, George Lucas, eso, además de dar uno de los clásicos del cine mundial como Andrei Tarkovski, creador de Solaris (1972) y de Stalker (1979).

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