Restos de la obra Maquinotrón, de Soucy de Pellerano (Fuente externa)

Hace unos días corrió en las redes una foto con partes del la estructura de la escultura Maquinotrón, de la artista plástica dominicana Soucy de Pellerano, tiradas en un espacio de donde se desarrollan las obras de restauración de la Plaza de la Cultura.

Las piezas de la estructura tal y como se observa en la foto que acompaña este trabajo fueron tiradas con saña, con odio de clase, con encono de ignorantes. Ese tipo de gestos deja mucho que desear del celo que debe tener, en primer lugar la dirección del Museo de Arte Moderno con las obras en exterior que forman parte del entorno artístico de la Plaza de la Cultura.

Lo lógico sería que esas piezas si se habían desestructurado para darles mantenimiento, estuviesen apiladas organizadamente, enumeradas, y no tiradas como un amasijo de hierros en espera de que venga una bulldozer y los recoja. Que es lo que parece.

No es la única obra en ese estado. Las obras pictóricas en forma de números que se encuentran emplazadas en el Mirador Sur son un reclamo desde hace más de tres años de quien suscribe, llamando la atención sobre el deterioro en que se encontraban entonces y que deben encontrarse en peor estado en estos momentos.

Las obras pictóricas en cuestión, pertenecientes a varias de las principales firmas de las artes visuales dominicanas, son parte del patrimonio de la ciudad de Santo Domingo y por lo tanto del país. Y aunque se le solicitó a los alcaldes anteriores y actuales al menos oralmente, no es solo de ellos la responsabilidad. La Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura también lleva vela en este entierro.

Es imprescindible que el ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman, una persona de especial sensibilidad hacia las artes visuales, le de un vuelco para siempre al mundo de la plástica en República Dominicana. Se hace necesario censar las obras de los artistas dominicanos. Puede comenzar por las obras en exteriores, a las que hay que cuidar y restaurar o dar mantenimiento si lo ameritan. Hay obras mediocres que lejos de adecentar el entorno, lo afean.

Aplaudiríamos con entusiasmo que con los poderes que le da su cargo y las leyes de la Cultura, mande a derrumbar esos ´momotombos´ de esculturas que lejos de homenajear a los patricios desde alrededor de la Plaza de las Banderas, son una vergüenza para cualquiera que las vea. Imagino que cada uno de ellos se moriría nuevamente si resucitaran y viesen en lo que los han convertido.

Este jueves, el Ministerio de Cultura, a través del Museo de Arte Moderno (MAM), anunció que el Maquinotrón, de la fallecida artista visual Soucy de Pellerano, ha sido trasladada del lugar donde estaba instalada para ser restaurada como parte del proceso de remozamiento de los museos de la Plaza de la Cultura.

La nota indica que la Dirección del Museo de Arte Moderno está en contacto con los familiares de la artista para que estén enterados de la restauración de la escultura. Recuerda que lo mismo se hizo en el 2007, cuando a Soucy de Pellerano se le dedicó la 24 Bienal de Artes Visuales, ocasión en que se organizó la exposición paralela “Jardín Turbulento”.

El «Maquinotrón» es una de las obras emblemáticas de la reconocida artista, motivo por el cual estaba planificado su movimiento y restauración para ser emplazada en el boulevard de las esculturas en el ala oeste del MAM, junto a obras de otros reconocidos artistas.

Soucy de Pellerano (1928 – 2014), escultora, pintora, dibujante, grabadora, escenógrafa, performera e instaladora; nació en Puerto Plata en 1928. Estudió para Doctora en Farmacia y Ciencias Químicas en la Universidad de Santo Domingo (UASD). Luego se graduó en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fue discípula y contó con el estímulo directo de los maestros Jaime Colson, Gaspar Mario Cruz, Domingo Liz y Paul Giudicelli.

Entre los reconocimientos más importantes alcanzados por Pellerano se destacan los realizados por el Concurso de Arte E. León Jimenes, en sus ediciones 1970 y 1997; en la Bienal Nacional de Artes Visuales de 1972; en el Concurso de Arte de la FAO/Naciones Unidas en 1982, y su participación en 1973 en el prestigioso Concurso Cannes-Sur-Mer, en Francia.

En 1979, Doña Soucy crea su gran escultura móvil «Maquinotrón», obra que revolucionó la escultura en República Dominicana. Creada con elementos de desechos de automóviles le integró música, luces y movimiento. Con esta obra introduce el maquinismo en el arte dominicano. Investigadora constante, en 1968 desarrolla la etapa que ella misma denomina orgánica. En 1970 inició su etapa experimental en la que incluye elementos extrapictóricos tales como papel vegetal, madera, screen, flores secas, entre otros. Luego, influenciada por sus lecturas de ciencia ficción inicia su etapa maquinista. La artista falleció a la edad de 86 años el primero de enero del 2014.

Se hace igualmente necesario velar por las demás obras en la Plaza de la Cultura, entre ellas las de Leopoldo Maler.

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