Vin Diesel hace la señal de amor, durante el encuentro en Puerto Plata con el presidente Luis Abinader (Fuente externa)

Con Vin Diesel volé en un helicóptero a Haití, al tercer día del terremoto que provocó una ola de solidaridad mundial y otra ola de robos de los fondos logrados por parte de los poderosos. Todo aquello en fin trajo más de lo mismo. Aquel día el actor Vin Diesel iba vestido de negro. Hubo un momento en que detuvo a la caravana en que íbamos en medio de la avenida más céntrica de Puerto Príncipe y pidió tomarse fotos. Su solidaridad fue desde dar aliento a muchos que se habían quedado a la intemperie, hasta hacer acciones pro recaudación de fondos y donaciones a las víctimas de aquel terrible momento de la historia de ese país.

En aquel momento me pareció un ataque de frivolidad lo de la foto en medio de la avenida. Pero luego comprendí que Vin Diesel es un actor de Hollywood, donde se mueven otros códigos, otros resortes. Quizás aquella foto suya en el Haití desolado, aplastado, barrido por la tristeza, el desasosiego y una vez más por la pobreza, movió a otras personas poderosas a soltar la billetera y aportar a la causa.

Vin Diesel, con quien no he vuelto a cruzar palabra desde aquella vez -con lo cual quiero significar que no es mi amigo-, es una de las personas que mejor publicidad hace a favor de República Dominicana. Amigo de Leonel Fernández, quien lo entrevistó hace dos ediciones del Festival de Cine Global en la clausura, ahora es también amigo de Luis Abinader. Ergo, Vin Diesel es amigo de República Dominicana. Por sus venas corre sangre dominicana. El nombre real de Vin Diesel es Mark Sinclair Vincent, nacido en Nueva York el 18 de julio de 1967, hijo de un biólogo dominicano al que nunca conoció. Se crió con su padrastro Irving un instructor de actuación afroamericano, que ha tenido fuertes vínculos con la Fundación Global y ha enseñado actuación a jóvenes dominicanos y de otras naciones gracias a las facilidades de esa institución.

Vin Diesel viste como a él le resulta más cómodo, es un artista. No tiene que andar con los protocolos que quizás, por decreto, deben andar los funcionarios. Así que aquellos que le critican a Vin Diesel que debían llevarle una guayabera para reunirse con el presidente, son patéticamente acreedores de un formalismo que nada tiene que ver con el contenido, con la esencia de las cosas.

Vin Diesel esta vez se propone invertir en un proyecto de marina en Puerto Plata.

A veces debajo del mejor y más caro traje se esconde un bandido. A veces debajo del vestido más sencillo y hasta más humilde, habitan los más poderosos.

Dejen a Vin Diesel andar sin mangas. Anden ustedes como quieran andar. Pero aporten, que es lo importante. Aportar. Eso es lo que hace Vin Diesel, aportar.

 

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