Un día cualquiera, entre todos los habitantes del planeta, sólo uno, un joven músico inglés, recuerda las míticas canciones de la banda The Beatles.

El film Yesterday establece rápidamente los fundamentos de su historia: un músico más o menos fracasado (Himesh Patel), un golpe en su cabeza (clásico recurso para explicar las inconsistencias que seguirán) y una joven y hermosa mujer en apuros (Lily James) y una fascinación por ser celebridad. La premisa por sí sola resulta interesante y promueve algunas situaciones divertidas. Sin embargo, el escenario predecible no resulta placentero, al menos no por mucho tiempo.

Jack (Patel) lleva muchos años trabajando como cantautor, pero a pesar de su gran talento y los esfuerzos incansables de su manager Ellie (James), no ha tenido éxito y ni siquiera es tomado en serio en el mundo artístico. Pero ocurre un milagro, cuando al producirse un apagón en todo el mundo, Jack es golpeado por un autobús. Después de su recuperación del accidente, Jack en una pequeña fiesta de amigos entona la canción de Paul McCarney “Yesterday”. Lo singular es que ninguno de ellos y tampoco nadie más en el mundo recuerda quiénes son los Beatles, excepto Jack. Es como si la famosa banda británica nunca hubiera existido. Esto es un regalo para el fracasado músico, ya que le permite hacer una carrera adjudicándose las clásicas canciones de dicho grupo.

La puesta en escena de Danny Boyle intenta infundir a la película un ritmo rápido en detrimento de la historia. Las cualidades de comedia situacional se pierden con los efectos de la edición rápida. Las inspiradas interpretaciones de Himesh Patel y Lily James, sin embargo, logran mantener nuestro interés a pesar de la apariencia anticuada de su romance.

A quienes le gustan las comedias de amor británicas saben que no hay forma de superar a Richard Curtis (Love Actually, Notting Hill). Muchos de los grandes éxitos de este género se deben a sus guiones. Las películas son a menudo entretenidas, quizás encantadoras, siempre en contacto con nuestros sentimientos. Los personajes y sus enredos, en su mayoría amorosos, están en primer plano y los escenarios por lo general quedan en un segundo plano. La atmósfera que se crea en la mayoría de las películas de Curtis es lo que resulta más atractivo para el público, algo muy característico de su filmografía. Pero a la vez es lo menos explotado.

Cuando Jack se despierta en un mundo donde no hay Beatles, no solo le causa una gran sorpresa a sí mismo sino que además le saca provecho a esta situación. Incluso como espectador, uno puede cuestionarse: ¿Cómo se te ocurre algo así?

Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog Millionaire) recibió la honorable tarea de hacer algo a partir de esta situación tan inusual. El cineasta inglés lo consigue, al menos en parte. Lo más divertido será su primera hora, que rinde tributo a su propio absurdo. Esto funciona de maravilla cuando el incrédulo Himesh Patel no entiende lo que está sucediendo a su alrededor, sobre todo porque algunas cosas que están presentes en nuestra vida cotidiana simplemente han desaparecido después del incidente, y su desaparición trae como resultado una vida más divertida.

La película resulta entretenida. Los diversos golpes satíricos en el mundo del espectáculo son encarnados por Kate McKinnon (Ghostbusters), que interpreta a una manager hambrienta de dinero, la cual desempeña su papel de forma caricaturesca.

Por otra parte, resulta atractiva para los fanáticos de los Beatles quienes pueden deleitarse con la presentación de sus canciones más clásicas.

Llena de mensajes sentimentales, discursos sobre la perseverancia y los efectos perversos de ser celebridad, la película, sin embargo, parece estar más enfocada a criticar nuestro punto de vista que a cuestionar los problemas de sus propios personajes. A mi juicio, el último tercio de la película también desaprovecha la oportunidad para restablecer el equilibrio del personaje femenino, que parece provenir de otra época.

Yesterday es lo suficientemente divertida para pasar el tiempo en un día gris y lluvioso, una comedia para sentirse bien, que logra recordarnos lo que es realmente importante en la vida y nos deja un mensaje: que la felicidad no se encuentra en los grandes estadios de este mundo, ni en ser una cara conocida en medios sociales. Sin embargo, esta no nos deja una visión nueva ni muy profunda del tema, simplemente cuestionamientos sobre la historia de la música. ¿Se convertirían las canciones de los Beatles (o cualquier banda de la época) en un éxito, también en estos días?

A pesar del aspecto clásico y conocido de su narrativa, más un final decepcionante, Yesterday es una puerta interesante para descubrir (o redescubrir) el increíble repertorio musical de los Beatles.

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