Dos astronautas de la NASA regresaron a la Tierra este domingo 2 de agosto en un modo ya olvidado por la NASA pero sí vigente todavía por los rusos: programar la caída de la cápsula en paracaídas sobre el mar. Ahora, cuatro décadas y media después de la última vez que lo hicieran los americanos, ha ocurrido en el Golfo de México, con lo cual se ha cerrado un vuelo considerado de prueba, realizado por la primera compañía privada de este tipo: SpaceX de Elon Musk.

El regreso a Tierra despeja el camino para el próximo lanzamiento de la tripulación SpaceX a partir del mes que viene y posibles vuelos turísticos el próximo año, así como la filmación de una película con Tom Cruise en órbita.

Los pilotos de prueba Doug Hurley y Bob Behnken trajeron la cápsula SpaceX Dragon de regreso a la Tierra menos de un día después de salir de la Estación Espacial Internacional y dos meses después de despegar de Florida. La cápsula se lanzó en paracaídas sobre las tranquilas aguas del golfo a unas 40 millas de la costa de Pensacola, a cientos de millas de la tormenta tropical Isaias, que golpea la costa atlántica de Florida.

La cápsula mientras era alzada al buque de rescate (Fuente externa)

«Bienvenido de nuevo al planeta Tierra y gracias por volar con SpaceX», dijo el Control de Misión desde la sede de SpaceX. «Fue realmente nuestro el honor y privilegio», respondió Hurley.

El viaje de los astronautas a casa en la cápsula denominada Endeavour fue rápido, lleno de baches y calor, al menos en el exterior.

La nave espacial pasó de una velocidad orbital de 28,000 kilómetros por hora (kph) a 560 kph durante el reingreso a la atmósfera, y finalmente a 24 kph cuando la cápsula se dio el chapuzón. El pico de calentamiento durante el descenso fue de 1.900 grados Celsius. Las fuerzas G principales anticipadas que sintió la tripulación fueron iguales a cuatro o cinco veces la fuerza de la gravedad de la Tierra.

«Endeavour te escucha fuerte y claro», dijo Hurley por radio tras un breve apagón de comunicación causado por el calor que produce el roce de la reentrada atmosférica.

Prueba de detección del coronavirus

Una nave de recuperación SpaceX con más de 40 miembros del personal, incluidos médicos y enfermeras, se movió rápidamente después del amarizaje y levantó la cápsula de 15 pies sobre su cubierta. Dos embarcaciones más pequeñas y rápidas llegaron primero a la cápsula mientras se balanceaba lentamente en el agua. Para mantener a los astronautas que regresan a salvo en la pandemia, el equipo de recuperación estuvo en cuarentena durante dos semanas y se les realizó una prueba de detección del coronavirus.

Después de los exámenes médicos, se esperaba que los astronautas volaran a casa a Houston para reunirse con sus esposas e hijos.

La última vez que los astronautas de la NASA regresaron del espacio mediante el método de amarizaje fue el 24 de julio de 1975, en el Océano Pacífico, para concluir una misión conjunta soviético-estadounidense conocida como Apollo-Soyuz, que hizo historia.

Las tripulaciones de Mercury y Gemini de principios a mediados de la década de 1960 se lanzaron en paracaídas sobre el Atlántico, mientras que la mayoría de las cápsulas posteriores de Apollo amarizaron en el Pacífico.

Un rescate histórico de los soviéticos

Rescate de los cosmonautas de la Soyuz 23 (Fuente externa)

El regreso a Tierra siempre está lleno de riesgos. En 1976 la nave Soyuz 23 tuvo un desperfecto a pocos metros de la nave Salyut a la que debía atracar, y fue imposible realizar el atraque por lo que se decidió abortar la misión. Los dos cosmonautas, Vyacheslav Zudov y Valery Rozhdestvensky tuvieron que esperar la próxima ventana de reentrada que ya se había perdido ese 14 de octubre, por lo que ocurrió el 16, y en vez de caer en Baikonur, cayó sobre el gran lago Tenguiz, de Kazajistán, a 8 kilometros de la orilla. La cápsula rompió el hielo, la temperatura estaba a -22 grados y el paracaídas se empapó por lo que la cápsula fue llevada al fondo. El dramático rescate solo pudo ser concretado al día siguiente, siendo arrastrada por 6 kilómetros la cápsula por un helicóptero que no a pudo alzar debido a su gran peso. Todos creían que los cosmonautas no habían logrado sobrevivir, pero pudieron contarlo, después de sobrevivir a bajísimas temperaturas en el fondo de un lago helado.

Una historia que merece una película.

Hablando de historia

Hablando de historia, SpaceX acaba de hacer el primer amarizaje de la primera nave espacial construida y operada comercialmente, por una empresa privada, para transportar personas hacia y desde la órbita. También fue el primer lanzamiento de astronautas norteamericanos desde su propio territorio en casi una década.

La nave había sido lanzada el 30 de mayo desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA. Hurley completó el círculo, sirviendo como piloto del último vuelo del transbordador espacial de la NASA en 2011 y ahora en calidad de comandante de este vuelo SpaceX.

Según se sabe Elon Musk monitoreó el descenso y la caída desde el Control de Misión SpaceX en Hawthorne, California.

Ilustración de los distintos pasos del regreso (Fuente externa)

«Esta es la próxima era en los vuelos espaciales humanos donde la NASA se convierte en el cliente», había dicho el administrador de la NASA Jim Bridenstine desde el Centro Espacial Johnson en Houston, poco antes del regreso de los astronautas.

SpaceX necesita seis semanas para inspeccionar la cápsula antes de lanzar el próximo equipo a fines de septiembre. La próxima misión de cuatro astronautas pasará seis meses completos a bordo de la estación espacial. La cápsula de Hurley y Behnken será restaurada para otro vuelo la próxima primavera. Mientras tanto, una compañía de Houston dirigida por un ex funcionario de la NASA se asoció con SpaceX para enviar tres clientes a la estación espacial en el otoño del año que viene.

SpaceX reclamó una pequeña bandera estadounidense que Hurley y el resto de la última tripulación del transbordador dejaron en la estación espacial. La bandera, que también ondeó en el primer vuelo del transbordador, fue cuidadosamente embalada a bordo del Dragón para el regreso a casa. También a bordo: un dinosaurio de juguete llamado Tremor, enviado al espacio por los hijos pequeños de los astronautas.

(Esta historia fue construida con datos de agencias de prensa, medios, Wikipedia, y sitios web rusos, además de la transmisión directa de la NASA por Youtube)

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