El gran actor francés Jean Paul Belmondo recibió el pasado 9 de septiembre una despedida que se le está reservada a los héroes. Y él lo fue. Un actor con cuya presencia cubrió miles de kilómetros de pantalla a nivel mundial.

La despedida estuvo encabezada por Emmanuel Macron, presidente de Francia.

La ceremonia de homenaje nacional tuvo lugar en el Patio de Les Invalides, con la presencia de numerosas personalidades nacionales. Entre los ausentes a la ceremonia estaban su amigo y compinche Alain Delon, con quien trabajó en varios filmes. Pero si estuvieron, entre otros, Jean Dujardin, Marion Cotillard, Albert Dupontel, Nathalie Baye o Gilles Lellouche.

Según su abogado llevaba días que se sentía cansado y que había fallecido en paz.

Su más reciente pareja reconocida, con la cual se había presentado en el festival de Cannes en 2011, hace diez años Barbara Gandolfi, quien fuera una chica Playboy. En 2016 se publicó que Gandolfi había estafado supuestamente al actor. Barbara fue acusada junto a su exmarido, Frédéric Vanderwitt, de haber estafado 200.000 euros a Belmondo. La relación entre la exchica Playboy y el actor de À bout de souffle había sido comidilla de titulares entonces. En llamadas telefónicas con su exmarido, interceptadas por la policía, Gandolfi había reconocido que sólo le interesaba el dinero del actor.

Jean Paul Belmondo falleció el lunes pasado a la edad de 88 años de edad. Se había retirado de la gran pantalla desde que en 2001 sufrió un accidente cerebral, pero su protagonismo de varias películas de culto, como «À bout de souffle» («Al fin de la escapada, 1960), «Un singe en hiver» («Un mono en invierno», 1962), «Pierrot le fou» («Pierrot el loco», 1965) o «La Sirene du Mississipi» («La sirena del Mississippi», 1969); así como de filmes más comerciales como «El hombre de Río» («L’Homme de Rio», 1964), «Borsalino» (1970), «El clan de los marselleses» («La scoumoune», 1972), «El magnífico» («Le magnifique», 1973), le situaron para siempre en la historia del cine.

En 1989 fue el ganador del César al mejor actor por «El imperio del león» («Itinéraire d’un enfant gâté») -aunque jamás lo recogió-; en 2011 recibió la Palma de Oro honorífica del Festival de Cannes y en 2016 recibió el «León de Oro de Honor» en el Festival de Venecia.

«Jean Paul Belmondo, era de la familia, amigo, primo, un amigo seductor…», dijo en sus palabras el presidente Macron.

“Queríamos a Jean-Paul Belmondo porque se nos parecía. Lo admirábamos, nos hacía reír. Belmondo era un poco nosotros, pero era mejor”, dijo Macron al celebrar a un “héroe de las mil caras”. Belmondo supo “atravesar estilos, épocas, romper todas las barreras” acompañando, para lo bueno y lo malo, a Francia durante más de seis décadas de cambios dentro y fuera de la gran pantalla, afirmó. “Querido Jean-Paul, perderte, hoy, para tantos franceses y francesas, es perder a un inmenso actor, un largo momento mágico del cine francés, y una parte de nuestras vidas”, agregó el mandatario antes de despedirse con un sencillo “Adieu, Bébel”.

La ceremonia concluyó cuando los gendarmes alzaron en hombros su féretro bajo las notas del tema «Chi Mai», compuesto por el temabién fallecido Ennio Morricone, para la banda sonora de la película El profesional (1981) dirigida por Georges Lautner.

Las puertas de Les Invalides se abrieron en la tarde para todos los que quisieran rendirle homenaje al actor. El funeral de El Hombre de Rio, fue celebrado el viernes pasado en la intimidad familiar en la iglesia parisiense de Saint-Germain-des-Prés. Allí si estuvo su amigo Alain Delon, quien llegó a decir que no habría estado mal que «se hubieran marchado los dos a la vez».

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