Hombre afeitándose (Fuente externa)

Encuentro

El espejo de casa
el implacable
comenzó hace años a enviarme
de regreso a los ojos
con mi imagen matinal y devastada detalles del rostro de mi padre.
Eran visitas leves pero hermosas
un goce adivinarlo en mi cara
entre las láminas de agua y de jabón.
Este mes apareció también mi abuelo.
Ahora en la alborada y el espejo somos tres
y nos miramos con cierto regocijo.

Raúl Rivero

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